El Gran Concurso de Ideas
Érase una vez en un pueblito muy colorido, un grupo de amigos: Gabriela, Shantal, Johanny, Johana, Ángel, Breylis, Enola, Jesús, Rosimar, Karlenys y José. Todos ellos tenían un sueño: crear algo impresionante que mejorara su querido pueblo. Un día, el NARRADOR, un líder democrático y autocrítico, decidió organizar un gran concurso de ideas para que cada uno pudiera presentar su propuesta.
"¡Chicos!", comenzó el NARRADOR, "hoy daremos inicio al Gran Concurso de Ideas. Quiero que cada uno presente algo que haga de nuestro pueblo un mejor lugar para vivir. ¡Las mejores ideas serán premiadas!"
Todos estaban emocionados, y empezaron a pensar en sus proyectos. Gabriela se le ocurrió una biblioteca al aire libre, mientras que Shantal imaginó un jardín comunitario lleno de flores y vegetales. Johanny pensó en un parque de juegos para los niños.
"¡Eso suena genial!", exclamó Enola. "A los chicos les encantaría un lugar donde correr y jugar".
Mientras tanto, Jesús y Rosimar estaban discutiendo sobre la importancia de contar con un espacio para actividades culturales.
"Deberíamos tener un centro cultural donde todos podamos compartir nuestras tradiciones", sugirió Jesús.
Todos concordaron en que esa era una idea maravillosa.
A medida que se acercaba el día del concurso, cada grupo empezó a trabajar en sus propuestas. Un día, Karlenys hizo un descubrimiento inesperado mientras componía su proyecto sobre un club de reciclaje.
"¡Chicos!", gritó Karlenys, "encontré un montón de botellas en el parque que podríamos usar para nuestra idea!"
"Eso es increíble, Karlenys!", respondió Ángel. "Podríamos hacer arte con esas botellas."
Juntos, decidieron hacer una escultura gigante que representara la importancia de cuidar el medio ambiente. La idea de Karlenys inspiró a otros a pensar en cómo cada proyecto podría unirse en un mismo objetivo: embellecer y mejorar el pueblo.
Llegó el día del concurso. Todos estaban nerviosos, pero también emocionados.
"Vamos a dar lo mejor de nosotros", le dijo Johana a su grupo.
Los proyectos fueron presentados uno a uno. Gabriela habló con tanta pasión sobre la biblioteca que todos quedaron asombrados. Cuando fue el turno de Karlenys, mostró la escultura hecha de botellas.
"Esta es la representación de nuestro compromiso con el medio ambiente", explicó.
El NARRADOR escuchó atentamente y fue tomando nota. Al final, decidió que no habría un solo ganador.
"Me parece que cada una de estas ideas es valiosa y, en lugar de elegir solo una, vamos a unirlas y crear un gran proyecto para mejorar nuestro pueblo", anunció.
Todos se emocionaron y comenzaron a aplaudir.
"¿Cómo podemos hacer esto?", preguntó Breylis.
"Esa es la mejor parte", dijo el NARRADOR. "Cada uno de ustedes se encargará de una parte del proyecto. Juntos, lograremos hacer de este pueblo un lugar más hermoso y solidario".
El grupo se organizó en diferentes equipos: unos se encargarían de la biblioteca, otros del jardín, el parque de juegos, el centro cultural y, por supuesto, la escultura.
"Esto es maravilloso", dijo José. "¡Siempre podemos contar con el trabajo en equipo!"
A partir de ese día, los amigos trabajaron unidos, aprendieron a escucharse y a valorar las opiniones de los demás.
"Es genial que todos tengan algo que aportar aquí", reflexionó el NARRADOR mientras veía como todos colaboraban entusiastamente.
Después de meses de esfuerzo, el gran día de la inauguración llegó.
"Estamos listos para mostrar lo que hemos hecho, ¿verdad?", preguntó Johanny.
"¡Sí!", gritaron todos al unísono, llenos de alegría.
La comunidad se reunió para celebrar la inauguración del nuevo espacio que habían creado juntos: un lugar donde la creatividad, la sostenibilidad y el trabajo en equipo hacían brillar su pueblito.
"Este es solo el comienzo", dijo el NARRADOR. "Cada uno de ustedes tiene el poder de hacer cambios positivos. ¡Nunca dejen de soñar y trabajar juntos!"
Y así, Gabriela, Shantal, Johanny, Johana, Ángel, Breylis, Enola, Jesús, Rosimar, Karlenys y José aprendieron que compartir ideas y trabajar en equipo puede crear algo realmente mágico. Y el pueblito nunca volvió a ser el mismo.
FIN.