El Gran Concurso de Inventos
Era un día soleado en la institución educativa 15193, y los alumnos de quinto grado estaban muy emocionados porque se acercaba el Gran Concurso de Inventos. Todos estaban ansiosos por mostrar sus creaciones, y su maestro, Charly Franklin Cordova Maza, siempre listo para inspirar y guiar, decidió hacer una clase especial antes de que se iniciara el concurso.
"¡Buenos días, chicos!" - saludó Charly con una sonrisa radiante. "Hoy vamos a hablar sobre la creatividad y la importancia de creer en nuestras ideas. ¿Alguno de ustedes tiene un invento en mente?"
Los alumnos comenzaron a levantar las manos, y el aire se llenó de energía.
"Yo quiero inventar un robot que limpie mi habitación." - dijo Valentina, mientras sus compañeros reían.
"Yo estoy pensando en un paraguas que se abra solo." - agregó Tomás, emocionado.
Charly los animó a compartir sus ideas y, al escuchar tantas propuestas, sintió que hoy sería un día inolvidable. Les planteó un reto:
"¿Qué les parece si hacemos una lluvia de ideas y luego cada uno de ustedes escoge un invento que les gustaría desarrollar?"
Los chicos comenzaron a pensar en sus invenciones, y el aula se llenó de sonidos, risas y discusión. Entonces, como un chispazo de creatividad, Sofía, una de las alumnas más timiditas del grupo, dijo:
"Yo tengo una idea, pero no sé si es buena... es un árbol que da frutas de diferentes colores. ¡Sería como un arcoíris!"
Las risas se detuvieron y todos comenzaron a pensar.
"¡Eso suena genial, Sofía!" - alentó Charly, sorprendido con la originalidad de su idea. "¿Por qué no lo trabajamos en grupo?"
A medida que cada alumno se comprometía con su invento, se dieron cuenta de que la verdadera magia estaba en la colaboración. Decidieron crear un prototipo del árbol arcoíris.
Sin embargo, no todo fue fácil. Durante las primeras semanas se encontraron con numerosos problemas. Las piezas no encajaban, el mecanismo no funcionaba, y la pintura se corría. Charly, astuto y comprensivo, los llevó a reflexionar:
"¿Qué hacemos cuando nos topamos con un obstáculo?"
Los alumnos miraron unos a otros, y Juan respondió:
"Probamos de nuevo y buscamos soluciones."
"Exactamente. Hay que aprender de cada error. Un inventor no se rinde. Esa es la clave. Hoy vamos a hacer un experimento. Cada uno de ustedes debe hacerlo lo mejor que puedan, pero esta vez, si algo sale mal, lo solucionaremos juntos."
Así, el equipo de Sofía consciente de las dificultades, comenzó a trabajar en grupo. Los días pasaban, reían, se ayudaban, y aun cuando enfrentaban frustraciones, cada vez que hacían un cambio apropiado, sentían una gran satisfacción.
Finalmente, el gran día llegó. El aula estaba decorada, y cada invento brillaba bajo el sol. La señora directora, junto con algunos padres, se preparaban para evaluar los trabajos.
"¡Miren nuestro árbol arcoíris!" - exclamó Sofía, nerviosa.
"Y la lluvia artificial que creamos para que siempre tenga agua. Sin agua, no hay frutas, eh!" - agregó Valentina con entusiasmo.
Los jurados recorrieron cada invento, sorprendidos con los hallazgos y soluciones innovadoras.
"¡Es increíble cómo mejoraron su idea original!" - observó la directora. "Nada de lo que han creado era fácil, pero lo hicieron juntos, y esa es la clave del éxito."
Al final del concurso, Charly vio a sus alumnos más orgullosos que nunca.
"No importa cuántos premios se lleven hoy. Cada uno de ustedes ha aprendido algo valioso: que la creatividad y el trabajo en equipo pueden lograr cosas maravillosas. El verdadero premio es haber podido crear algo juntos, no se olviden de eso. La próxima vez que enfrenten un obstáculo, recuerden este día."
La escuela cerró sus puertas con muchas risas, abrazos y una promesa: siempre trabajar juntos para enfrentar retos. Y así, el árbol arcoíris se convirtió en una leyenda en la escuela, un símbolo de creatividad, perseverancia y amistad.
Y de esta manera, Charly Franklin Cordova Maza no solo fue un maestro, sino un verdadero guía para sus alumnos, quienes, con imaginación y esfuerzo, aprendieron que el mundo es un lugar donde todo es posible si se hacen juntos.
FIN.