El Gran Concurso de Investigaciones



En un pequeño pueblo llamado Curiosópolis, los niños eran muy curiosos y les encantaba aprender cosas nuevas. Cada año, en el mes de septiembre, se celebraba el Gran Concurso de Investigaciones, donde los pequeños investigadores presentaban sus proyectos. Este año, todos estaban emocionados y ya comenzaban a prepararse.

Una mañana soleada, Tomás, un niño con gafas y un gran amor por los pájaros, decidió que quería participar. "Voy a investigar sobre los pájaros de nuestro barrio", -dijo emocionado. "Pero no solo eso, quiero saber también cómo viven y qué comen".

A su vez, su amiga Lila, que siempre llevaba una libreta para apuntar cosas, dijo: "Voy a investigar las plantas de nuestro parque. ¡Quiero saber cómo crecen!".

Los dos amigos se motivaron entre sí y comenzaron a planear sus investigaciones. Tomás decidió que haría un estudio de campo. "Voy a observar a los pájaros en su hábitat, tomar notas y hacer dibujos."

Lila, por su parte, decidió hacer un experimento. "Voy a plantar semillas en diferentes tipos de suelo y ver cuál crece más rápido".

Les presentaron a su profesor, el Señor Sabelotodo, un hombre muy sabio que había investigado muchas cosas en su vida. "Señor Sabelotodo, ¿puede ayudarnos a elegir el mejor enfoque para nuestras investigaciones?" -preguntó Tomás.

El profesor sonrió, "Claro, niños. Existen varios tipos de investigación. Por ejemplo, ustedes buscan hacer una observacional y un experimental. ¿Saben lo que eso significa?"

"No del todo", -respondió Lila.

"¡Magia!" -interrumpió Tomás.

"Más bien ciencia", -río el profesor. "La investigación observacional es aquella donde se estudia algo directamente, como lo que haces tú, Tomás. En cambio, la experimental, como Lila, te permite comprobar algo al manipular variables. ¡Lo importante es que ambos aprenden de distintas maneras!"

Ambos amigos sintieron que la información que les había dado el profesor les aportaba claridad. Así que se pusieron manos a la obra. Lila fue al parque y empezó a plantar semillas en diferentes tipos de tierra, mientras Tomás se pasaba horas en el balcón observando a los pájaros con su cuaderno de dibujos.

Con el paso de los días, los amigos se dieron cuenta de que sus investigaciones no solo los mantenía ocupados, sino que también les traía muchos amigos. "¡Mirá eso!" -exclamó Tomás un día, señalando un nido con pequeños polluelos. "Hoy elegí investigar un nido".

"¡Qué bien!", -dijo Lila. "Pero recuerda que hay que ser silencioso para no asustarlos."

Unos días después, mientras discutían sobre sus hallazgos, Lila exclamó con entusiasmo: "¡Creo que mis plantas necesitan más sol!"

Y Tomás, con los ojos brillantes, comentó: "¡Vi un pájaro que parece traer ramas del árbol! ¡Voy a observar si hace un nido!"

Los amigos comenzaron a trabajar juntos, combinando sus investigaciones.

"¿Y si hacemos un proyecto conjunto?" -sugirió Lila.

"¡Es una gran idea!" -dijo Tomás. "Podríamos observar el comportamiento de las aves en el parque donde plantamos nuestras semillas. Tal vez así, obtenemos respuestas tanto de las plantas como de los pájaros.

Los niños trazaron un plan. Comenzaron a tomar fotografías de los pájaros mientras Lila anotaba el crecimiento de las plantas. Todo iba muy bien hasta que un día, llegaron unas tormentas que hicieron que el parque se inundara y arruinara su experimento.

Lloraron desconsoladamente por su proyecto. "Todo nuestro trabajo... ¡Se arruinó!" -decía Tomás entre sollozos.

Pero el Señor Sabelotodo se acercó a ellos. "Ustedes han hecho un gran avance, aunque haya sido difícil"

"¿Cómo, profesor?" -preguntó Lila.

"Porque de cada fracaso aprendemos, además, aún pueden investigar por qué sucedió esto. ¿Qué piensan que pasó en el parque?"

Tomás y Lila se miraron. "¡Podemos investigar cómo los animales y las plantas reaccionan a las inundaciones!" -exclamaron juntos.

Así, los dos amigos decidieron que su nueva investigación sería sobre el impacto del clima en su entorno. Una vez más, tomaron nota, hicieron observaciones y, al cabo de un tiempo, pudieron presentar su nuevo proyecto en el Gran Concurso de Investigaciones.

Cuando llegó el día del concurso, los corazones de Tomás y Lila latían de emoción. Presentaron su investigación sobre cómo los pájaros y las plantas se adaptan a las tormentas y aunque no ganaron el primer premio, el jurado les aplaudió con entusiasmo.

El profesor Sabelotodo dijo: "La investigación es un viaje, no un destino. ¡Ustedes han aprendido y eso es lo más importante!"

Desde ese día, Tomás y Lila continúan siendo los mejores amigos e inseparables compañeros de investigación, ¡y siempre están listos para un nuevo proyecto!

Habían descubierto que investigar era una aventura que nunca terminaba, donde cada pregunta llevaba a un nuevo descubrimiento. Y así, Curiosópolis siguió siendo un lugar lleno de pequeñas mentes curiosas dispuestas a explorar el mundo.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!