El Gran Concurso de las Sumas y Restas



Era un día soleado en la pequeña ciudad de Numerville, donde todos los números vivían felices y en paz. Cada año, los habitantes esperaban con ansias el Gran Concurso de las Sumas y Restas, una competencia que prometía mucha diversión y, sobre todo, aprender jugando.

Este año, Zora, la estrella del espectáculo, se había preparado a fondo. Zora era una joven y valiente cifra 5, conocida por su brillo y su energía desbordante.

- ¡Estoy lista para ganar! - Exclamó Zora mientras practicaba con su amigo, el pequeño 2.

- Pero, Zora, no olvides que la clave está en sumar y restar rápido y correctamente - le recordó 2, con una sonrisa.

El día del concurso, el gran estadio estaba repleto de números gritando y animando a sus favoritos. El presentador, el número 10, ¡era conocido por su gran entusiasmo!

- ¡Bienvenidos, números de Numerville! - gritó 10. - ¡Hoy veremos quién es el mejor en sumas y restas! ¡Que empiece la competencia!

La primera ronda consistió en sumar. El presentador mostró un cartel con la pregunta: "¿Cuánto es 3 + 4?". Zora levantó la mano rápidamente.

- ¡Siete! - contestó Zora, mientras todos aplaudían.

Por supuesto, Zora estaba en la competencia, pero no sabía que su rival sería la astuta cifra 6. 6 era muy rápida haciendo cálculos y estaba decidida a llevarse el primer lugar.

- ¿Está segura de que puede ganarme, Zora? - dijo la 6, esbozando una mueca.

- ¡Voy a intentarlo! - respondió Zora con determinación.

Luego vino la ronda de restas. El cartel decía: "¿Cuánto es 9 - 5?". Una vez más, Zora levantó la mano.

- ¡Cuatro! - gritó con entusiasmo.

Mientras todo esto sucedía, la pequeña cifra 0, que estaba en el público, se sintió un poco triste porque no podía sumar ni restar. Ella pensaba que no era buena para los juegos. Zora la vio y decidió hacer algo al respecto.

- ¡Chicos, esperen! - exclamó Zora, haciendo que todos la miraran. - Quiero pedir a mi amiga 0 que venga acá. ¡Todos pueden aprender sumas y restas!

El público comenzó a aplaudir y 0, sorprendida, se acercó.

- Pero, ¿qué puedo hacer yo? - preguntó 0, tímida.

- ¡Tú eres especial! - dijo Zora. - Cuando sumas con otros números, siempre mantienes su valor. Y cuando restas, a veces te hace falta un poquito de ti. ¡Eres valiosa!

Con esas palabras, la pequeña 0 comenzó a sonreír y se sintió animada. Zora le dijo:

- Vamos a sumar juntas, como equipo. Mira, ¿qué pasa si sumamos 2 y 0?

- Eso es 2 - contestó 0, viendo que estaba aprendiendo.

- ¡Exacto! - gritó Zora. - Ahora, ¿y si restamos 5 - 5?

- Eso es 0 - dijo 0, emocionada.

La audiencia vitoreaba mientras Zora y 0 continuaban practicando. Finalmente, el concurso terminó y Zora fue coronada como la ganadora. Pero Zora, en lugar de llevarse todos los aplausos, llamó a todos a unirse a ella.

- ¡Todos somos ganadores aquí! - dijo Zora. - Cuando aprendemos juntos, somos más fuertes.

La pequeña 0, que antes se sintió sola, ahora sonreía radiante. Juntos, Zora y 0, junto a todos los números de Numerville, celebraron su gran día de aprendizaje.

Y así, aprendieron que en la vida hay algo mucho más importante que ganar un concurso; ¡se trata de compartir y ayudar a los demás a crecer!

Desde ese día, la ciudad de Numerville no solo fue conocida por el Gran Concurso de las Sumas y Restas, sino también por ser un lugar donde todos, sin importar su número, podían brillar y aprender juntos.

FIN.

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