El Gran Concurso de las Tres Amigas
Un día soleado en el pequeño pueblo de Colibrián, Agustina, Martina y Mirell, las tres mejores amigas, decidieron que era hora de hacer algo diferente y emocionante. Mientras jugaban en el parque, encontraron un cartel que decía: '¡Gran Concurso de Talentos! ¡Inscríbete y muestra lo que sabes hacer!'
- ¡Chicas, esto puede ser increíble! - dijo Agustina emocionada, mostrando el cartel.
Las tres se miraron con entusiasmo, pero también con un poco de miedo.
- ¿Qué podemos hacer? - preguntó Mirell, rascándose la cabeza.
- Yo puedo hacer malabares con pelotas, pero tal vez no sea suficiente - dijo Agustina con dudas.
- Yo puedo bailar, pero no estoy segura de si soy tan buena - añadió Martina, entre sonrisas nerviosas.
- Y yo puedo cantar, pero siempre me da vergüenza - confesó Mirell, mirando al suelo.
Las tres amigas decidieron que si iban a participar, tendrían que hacerlo juntas. Así que se pusieron a pensar en una idea original que las destacara.
- ¿Y si hacemos algo en equipo? - sugirió Agustina. - Podemos mezclar nuestras habilidades: una baila, otra canta y la otra hace malabares.
¡Y así nació la idea del 'Espectáculo de las Tres Amigas'! Durante días, se reunieron después de la escuela para ensayar y preparar el gran número.
Sin embargo, a medida que se acercaba la fecha del concurso, empezaron a surgir problemas.
Un día, durante un ensayo, Martina se cayó mientras intentaba hacer un giro en su coreografía.
- ¡Ay, no! ¿Estás bien? - preguntó Mirell, corriendo hacia ella.
- Estoy bien, solo un poco adolorida - dijo Martina, intentando levantarse. - Pero no sé si podré ensayar más.
- No podemos rendirnos, ¡tú eres la mejor bailarina! - exclamó Agustina, animándola.
Martina decidió seguir adelante, pero no sin dudas. En el siguiente ensayo, se sintió insegura y cometió algunos errores.
- Chicas, creo que no voy a poder hacerlo - dijo con un tono triste, frotándose los brazos.
- ¡No digas eso! - respondió Mirell. - Nosotras vamos a ayudarte, ¿cierto Agustina?
- ¡Sí! Vamos a practicar mucho más, y verás que lo harás perfecto en el concurso - apoyó Agustina, con una sonrisa.
Pasaron los días y aunque la confianza de Martina fluctuaba, sus amigas siempre estaban a su lado, brindándole apoyo. Sin embargo, otro problema apareció: Mirell, que se había encargado de las letras de las canciones, se dio cuenta de que se le habían olvidado las palabras más importantes.
- ¡Oh no! Tengo que recordar las letras, pero no puedo - dijo Mirell, con cara de preocupación.
Agustina, tratando de ayudar, le dijo:
- ¿Y si escribimos las letras en cartulinas y las colgamos en el escenario? Eso te recordará lo que tenés que cantar.
Mirell se sintió aliviada con la idea y siguió ensayando. Y así, las tres amigas se apoyaron mutuamente, resolviendo los problemas que se presentaban.
Finalmente, llegó el día del concurso. Las tres se vistieron con sus trajes más coloridos y ensayaron una última vez, esta vez con mucha más confianza.
Cuando subieron al escenario, el público las recibió con aplausos. Agustina comenzó a hacer malabares, luego Mirell empezó a cantar y Martina terminó el espectáculo con un hermoso baile.
- ¡Eso fue impresionante! - dijo Agustina mientras bajaban del escenario, llenas de alegría y satisfacción.
Antes de que los jueces decidieran quién ganaría, las amigas se sintieron felices por haber superado tantos obstáculos juntas. Ellas lo sabían: en la vida se presentan desafíos, pero siempre con amistad se pueden superar.
Finalmente, el jurado anunció:
- ¡Y el gran premio del concurso va para... las Tres Amigas!
El público estalló en aplausos. Las tres corrían abrazándose, riendo y saltando de alegría.
- ¡No solo ganamos el concurso, ganamos un montón de recuerdos! - exclamó Mirell.
Desde ese día, las tres amigas no solo se convirtieron en un gran equipo de talentos, sino también en un ejemplo de que la verdadera amistad puede ayudarnos a superar cualquier obstáculo.
FIN.