El Gran Concurso de Palabras
En la Escuela Primaria del barrio, los alumnos estaban emocionados. Este año se organizaba el Gran Concurso de Palabras, un evento donde todos podían demostrar cuánto sabían y, sobre todo, aprender nuevas palabras. El ganador tendría la oportunidad de ser el encargado de leer en la ceremonia de graduación.
Luca, un niño curioso y amante de los libros, se propuso ganar. Cada día, después de clases, se pasaba horas en la biblioteca. Hablaba con Clara, la bibliotecaria, quien siempre le daba consejos y le recomendaba lecturas.
"¿Cómo puedo prepararme para el concurso, Clara?" - preguntó Luca, mientras hojeaba un libro sobre palabras mágicas.
"Tienes que practicar, Luca, pero también tener confianza en ti mismo. A veces las mejores palabras son las que sentimos desde el corazón" - respondió Clara con una sonrisa.
Luca se inspiró tanto que decidió formar un grupo de estudio con sus amigos. Se juntaban en la casa de Sofía, donde cada uno traía una palabra nueva y tenía que explicarle al resto su significado.
"Yo traigo la palabra 'esperanza', significa creer que las cosas pueden mejorar" - dijo Sofía, con los ojos brillantes.
"Y yo tengo 'aventura', que es cuando hacemos algo emocionante y diferente" - agregó Tomás, que siempre soñaba con viajar.
Las palabras se volvían cada vez más interesantes. Pero un día, Mateo, un compañero que solía ser un poco negativo, interrumpió.
"¿Para qué sirve todo esto? Nunca vamos a ganar contra los otros grados, ellos tienen palabras más complicadas" - dijo con desánimo.
Luca se preocupó por su amigo. No quería que Mateo se sintiera excluido, así que tuvo una idea.
"Mirá, Mateo. Las palabras no siempre tienen que ser complicadas para ser especiales. A veces, la simplicidad es lo más profundo" - explicó Luca, decidido a levantarle el ánimo.
El grupo decidió incluir a Mateo en sus prácticas. Al principio, Mateo tenía dudas, pero con el tiempo comenzó a compartir su visión.
"¿Qué tal si traemos palabras que inspiren o que nos hagan sentir felices?" - sugirió, y para sorpresa de todos, comenzó a brillar como nunca.
"¡Esa es una gran idea, Mateo!" - exclamó Sofía.
Así, cada uno de ellos eligió palabras que los emocionaban, y el grupo se volvió más unido que nunca. Con cada práctica, Luca se dio cuenta de que no se trataba solo de ganar, sino de lo que aprendían y compartían juntos.
El día del concurso llegó. La escuela estaba llena de alumnos, padres y profesores. Cuando fue el turno de Luca, se acercó al micrófono y sonrió nervioso.
"Hoy quiero hablarles sobre la palabra 'amistad'. Para mí, la amistad significa apoyarnos y crecer juntos, porque como aprendí con mis amigos, las mejores palabras son las que vienen del corazón" - dijo.
La sala estalló en aplausos. Todos se sintieron identificados con su mensaje. Cuando llegó el momento de premiar al ganador, no hubo sorpresa cuando anunciaron a Luca, pero lo que nadie esperaba era que el trofeo se compartió entre todos ellos.
"¡Todos ganamos!" - gritó Mateo, con una enorme sonrisa. "Porque cada uno de nosotros aportó algo especial".
Así, el Gran Concurso de Palabras se convirtió en una celebración de la amistad y el aprendizaje. Luca entendió que las palabras más poderosas son las que se comparten entre amigos y que juntos podían hacer magia.
Desde ese día, no solo se hablaron de palabras complicadas, sino que se practicaron los valores de la amistad, la confianza y el apoyo mutuo.
- “Nunca hay palabras pequeñas cuando se dicen con el corazón” - recordó Clara al ver a los chicos felices.
Y así, en la Escuela Primaria, todos aprendieron que lo más importante no es ganar, sino el viaje que se hace junto a quienes más queremos.
FIN.