El Gran Concurso de Pasatiempos



En un pequeño pueblo llamado Arcoíris, había una escuela llena de niños curiosos y alegres. Cada año, la maestra Ana organizaba un concurso de pasatiempos donde los chicos podían mostrar sus talentos. Este año, todos estaban muy emocionados ya que el ganador tendría un viaje a la gran ciudad con su mascota.

Un día soleado, los niños se reunieron en el patio de la escuela. Entre risas y juegos, la maestra Ana anunció:

"¡Chicos! Este año, el tema del concurso será ‘Mis pasatiempos y los de mi mascota’. Quiero que preparen una presentación que incluya algo que les guste hacer y lo que disfrutan hacer junto a sus mascotas."

Los ojos de todos los niños brillaron al escuchar la noticia. Cada uno comenzó a pensar en sus pasatiempos favoritos. Mateo, un niño de nueve años que adoraba jugar a la pelota y tenía un perro llamado Rocky, se rascó la cabeza con preocupación:

"No sé si Rocky puede ayudarme con esto. Él prefiere correr y jugar en el parque."

Su amiga Sofía, que tenía una tortuga llamada Tino y disfrutaba de la jardinería, se acercó:

"¿Y si haces una presentación sobre cómo juegan juntos? Podrías mostrar cómo Rocky te sigue cuando juegas a la pelota!"

Mateo sonrió, agradecido por la idea. Por otro lado, luchando por decidir entre sus distintos intereses, Valentina, una amante del dibujo que tenía un gato llamado Luna, exclamó:

"Yo podría dibujar a Luna mientras pinta un cuadro de nuestro jardín. ¡Eso sería genial!"

Con tanto entusiasmo, todos comenzaron a prepararse. Cada día después de clase, los chicos se juntaban en el parque a practicar sus presentaciones. Sin embargo, un problema surgió cuando Lucas, un niño nuevo en la escuela, se sintió excluido.

"No tengo mascotas y no tengo un pasatiempo especial. Creo que no voy a poder participar", se lamentó Lucas con voz apagada.

Sofía, siempre llena de energía, dijo:

"Eso no importa, Lucas. Todos tenemos algo interesante. ¡Podrías contar sobre tus videojuegos! Y tú también tienes amigos, ¡podemos hacer algo juntos!"

Lucas sonrió por primera vez, entusiasmado por la idea de trabajar en grupo. Así, el grupo se unió, combinando sus talentos. Después de brainstormings y risas, decidieron hacer una obra de teatro que combinara todos sus pasatiempos y mascotas. En la historia, Mateo y Rocky jugaban al fútbol, Valentina y Luna hacían arte y Sofía y Tino cuidaban un jardín que florecía.

El día del concurso llegó. El aula se llenó de padres y profesores, y la emoción en el aire era palpable. Cada grupo presentó con entusiasmo, mostrando sus p ashistrios únicos. Cuando llegó el turno de Lucas y sus amigos, todos sostuvieron un gran cartel que decía: ‘Juntos somos más fuertes’.

El público aplaudió mientras mostraban su obra de teatro. Al final, la maestra Ana sonrió y dijo:

"Chicos, este año no voy a elegir un solo ganador. Todos ustedes han demostrado que el trabajo en equipo y la amistad son los verdaderos premios. ¡Felicidades!"

Los niños saltaron de alegría, y Mateó, abrazando a Rocky, murmuró:

"Nunca pensé que podría lograr esto sin tener una mascota propia. Gracias, amigos."

Desde ese día, el grupo continuó trabajando juntos en diferentes proyectos, descubriendo que la diversión y la amistad eran los más valiosos pasatiempos de todos. Así, en el pueblo de Arcoíris, todos aprendieron que a veces, los mayores tesoros vienen de compartir y trabajar en equipo, sin importar lo que cada uno tenga o no tenga.

Y así, el pequeño pueblo siempre recordaría el Gran Concurso de Pasatiempos, donde lo más importante fue disfrutar cada momento juntos.

FIN.

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