El Gran Concurso del Bosque
Era un hermoso día en el Bosque Alegre, donde vivían muchos animales amigables. Todos estaban muy emocionados porque iba a realizarse El Gran Concurso del Bosque. Este año, el desafío era construir la casa más creativa y respetuosa con el medio ambiente.
Entre los participantes estaban Sofía la tortuga, Tito el conejo, y Lía la ardillita. Los tres amigos eran muy diferentes, pero compartían una gran amistad.
"¡Ay, Sofía! Tu casa será lenta de construir, ¡yo terminaré primero!" - dijo Tito con una sonrisa traviesa.
"No importa, Tito. Lo importante es que mi casa sea fuerte y segura para el medio ambiente" - respondió Sofía, con calma.
"Mis ramas son las más rápidas de conseguir. ¡Voy a ser la ganadora!" - exclamó Lía emocionada mientras corría de un lado a otro.
Al empezar el concurso, cada uno se fue a trabajar en sus casas. Sofía comenzó a buscar piedras y hojas caídas para hacer su hogar. Quería que su casa se camuflara con el bosque y que no dañara el entorno.
Mientras tanto, Tito construía una casa de cartón, utilizando cajas que encontró en la basura del bosque. Pero, pronto se dio cuenta de que las cajas no eran muy resistentes y empezaron a despegarse con el viento.
"¡Oh no! Mi casa se está cayendo" - gritó Tito, preocupado.
Lía, al ver lo que le pasaba a Tito, se acercó a su amigo.
"¡Tito! ¿Puedo ayudarte?" - le ofreció Lía.
"Pero, no es mi problema…" - contestó Tito, un poco apenado.
Sofía, quien había estado observando todo desde lejos, decidió intervenir.
"Claro que sí, Lía. ¡Ayudémoslo! El respeto y la amistad son más importantes que ganar un concurso. ¡Vamos, Tito!" - dijo Sofía.
Tito sonrió, sintiéndose más aliviado. Los tres amigos se unieron para hacer una casa más fuerte usando ramas, hojas y cartón reciclado. Era un trabajo en equipo, y empezaron a divertirse mucho.
Mientras trabajaban en la casa, un grupo de pájaros se acercó a ellos.
"¿Por qué trabajan todos juntos?" - preguntó el loro.
"Porque el respeto y la amistad nos hacen más fuertes" - respondió Lía con orgullo. Los pájaros se miraron entre sí, impresionados. Decidieron ayudar también y trajeron plumas y flores para adornar la nueva casa.
Fueron pasando las horas y al final del día, cada uno completó sus casas. El jurado llegó para visitar las construcciones y se sorprendió al ver la casa en la que habian colaborado Tito, Sofía y Lía.
"¡Es preciosa! Y lo mejor es que han trabajado juntos y respetaron su entorno" - dijo el jurado.
Al final, el jurado decidió que no solo había una ganadora, sino que todos habían ganado un premio especial por su colaboración y respeto. Tito sonrió.
"Nunca pensé que trabajar en equipo sería tan divertido. Gracias por ayudarme, amigos!" - dijo emocionado.
"Siempre juntos, Tito" - respondió Sofía. Lía asentía y agregó:
"Así es, la amistad y el respeto hacen la diferencia."
Desde aquel día, en el Bosque Alegre, todos recordaron que respetar a los demás y el medio ambiente era realmente lo más importante. Y así, cada año, el concurso se convirtió no solo en una competencia, sino en una celebración de la amistad y el respeto.
Y colorín, colorado, ¡este cuento se ha acabado!
FIN.