El Gran Concurso del Cuidado del Cuerpo
En un pequeño pueblo de Paraguay, lleno de colores y sonrisas, un grupo de amigos se reunió un día en la plaza central. Eran Lali, Tomás, y Miguel; tres chicos curiosos y aventureros que siempre estaban en busca de algo divertido.
"Che, Lali, ¿te enteraste del Gran Concurso del Cuidado del Cuerpo?" - preguntó Tomás, emocionado.
"No, ¿de qué se trata?" - respondió Lali, con los ojos brillando de curiosidad.
"Organiza la profesora Clara en la escuela. Todos los niños del pueblo pueden participar, y el que mejor entienda cómo cuidar su cuerpo gana un premio gigante: una bicicleta nueva" - explicó Miguel, moviendo sus brazos como si pedalease.
Los tres amigos decidieron formar un equipo y se pusieron a investigar todo lo que podían sobre el cuidado del cuerpo.
"Primero, tenemos que aprender sobre la alimentación" - sugirió Lali. "Debemos comer frutas y verduras. Mi mamá siempre dice que son como superhéroes para nuestro cuerpo".
"Y no olvidemos el ejercicio. ¿Viste qué bien juega la profesora Clara al fútbol?" - añadió Tomás mientras hacía movimientos de fútbol en la plaza.
Miguel, que siempre había sido un gran amante del arte, tenía una idea brillante: - “¡Podríamos hacer carteles con dibujos! Así la gente podría aprender sobre nuestros consejos".
Esa noche, juntos, dibujaron imágenes de platos llenos de frutas, de niños saltando y corriendo, y hasta de un estómago feliz después de una buena comida. Todo parecía ir sobre ruedas, pero a medida que se acercaba el concurso, los amigos comenzaron a tener dudas.
"¿Y si no sabemos responder las preguntas del jurado?" - se preocupaba Tomás, mientras miraba sus dibujos. "¿Qué pasa si no ganamos?".
"No importa si ganamos o no, lo importante es aprender y compartir lo que sabemos con otros" - dijo Lali, intentando animar a sus amigos.
Finalmente, llegó el día del concurso. En la escuela, la profesora Clara presentó a todos los equipos.
"Bienvenidos, chicos. Hoy aprenderemos juntos y además habrá preguntas sobre el cuidado del cuerpo" - dijo con una sonrisa. Todos estaban nerviosos, especialmente Miguel, que no podía dejar de pensar en los carteles.
El primero en responder fue el equipo de Carla, que presentó un espectáculo sobre la importancia de beber agua.
"El agua es vida, sin ella no podemos funcionar" - explicaron, mientras ofrecían vasos de agua a sus compañeros. El público aplaudió.
El turno de Lali, Tomás y Miguel llegó rápido. Lali tomó la palabra y, con un poco de nerviosismo, empezó a hablar.
"Nosotros hablamos sobre cómo cuidar nuestro cuerpo comiendo bien y haciendo ejercicio. Miren, tenemos estos carteles que hicimos" - dijo, levantando sus dibujos con orgullo.
Pero algo inesperado sucedió. Mientras mostraban los carteles, Miguel, al intentar ayudar, tropezó y cayó de espaldas, haciendo que los carteles se volaran por todo el aula.
"¡Ay, no!" - gritó Tomás, mientras la risa y la sorpresa llenaban el lugar. Miguel estaba tirado en el suelo, pero se levantó riéndose también.
La profesora Clara miró a los chicos y, en lugar de reírse, los animó: "¡Eso es! Hasta los accidentes pueden servirnos para recordar la importancia de cuidarnos. ¿Qué aprendemos de esto?".
"Que es importante ser activos y estar preparados para cualquier cosa, incluso caídas" - respondió Tomás, tratando de recuperar el hilo de su presentación.
Los niños aplaudieron e incluso los miembros del jurado sonrieron. Al final de la jornada, después de muchas risas y aprendizajes, el jurado deliberó y anunció al ganador.
"El premio va para el equipo de Lali, Tomás y Miguel por su creatividad y entrega. ¡Y porque han aprendido que cuidarse también significa ser resilientes!"
Los amigos saltaron de alegría y se abrazaron, sabiendo que habían hecho un gran trabajo. Pero más allá del premio, la lección más importante que se habían llevado era el valor de cuidar su cuerpo y compartirlo con los demás.
"No solo ganamos una bicicleta, sino amigos más fuertes y sabios" - dijo Lali con una sonrisa.
Desde ese día, en el colegio se escuchaban risas y consejos sobre cómo cuidar el cuerpo. Todos aprendieron que, al final, cuidarse no solo es sobre lo que comemos o cuánto ejercitamos, sino también sobre disfrutar el momento juntos y siempre apoyar a los amigos.
FIN.