El Gran Concurso Matemático
En un pequeño pueblo llamado Númeroville, un niño llamado Lorenzo tenía una gran pasión: ¡las matemáticas! Desde que era muy chico, disfrutaba resolviendo problemas y haciendo cuentas. Su mamá siempre le decía:"Lorenzo, tenés un don especial. Podés hacer grandes cosas con los números".
A Lorenzo le encantaba su talento, pero en la escuela no siempre se sentía comprendido. Sus compañeros preferían jugar al fútbol o salir a andar en bicicleta, mientras que él soñaba con resolver ecuaciones difíciles.
Un día, su maestra, la señorita Cifra, anunció un gran concurso de matemáticas en el pueblo, donde todos los estudiantes podían participar. Lorenzo, emocionado, levantó la mano y dijo:"¡Yo quiero participar!".
Los otros chicos, al escuchar a Lorenzo, comenzaron a reírse.
"¿Participar? ¡No sabés nada de fútbol!"- dijo Juan, uno de sus compañeros.
"¡No podés ser un nerd todo el tiempo!"- agregó Ana, mientras se reía.
A pesar de las burlas, Lorenzo no dejó que eso lo desanimara. En casa, se preparaba cada día, resolviendo problemas de matemáticas y aprendiendo sobre figuras geométricas. Su perro, Bongo, lo acompañaba en el estudio, moviendo la cola cada vez que Lorenzo lograba resolver un acertijo.
Finalmente, el día del concurso llegó. El auditorio del pueblo estaba lleno de chicos y papás. La señorita Cifra le dijo a Lorenzo:"¿Estás listo, Lorenzo? Podés hacerlo, confía en ti mismo".
Lorenzo subió al escenario con seguridad, aunque sentía un nudo en el estómago. La primera pregunta era bastante sencilla, y Lorenzo respondió sin problemas.
"¡Siguiente pregunta!"- exclamó el presentador, mientras miraba emocionado a la multitud.
A medida que las preguntas se volvían más difíciles, Lorenzo se concentró y recordó todos los cálculos y ejercicios que había practicado.
Mientras tanto, en el público, Juan y Ana comenzaron a verse sorprendidos:"¡Mirá a Lorenzo! Está haciendo todos los problemas sin dudar"- dijo Juan.
Con cada respuesta correcta, Lorenzo se sentía más seguro. Hasta que llegó la última pregunta, ¡una complicada ecuación que hizo que todos se quedaran en silencio! Lorenzo respiró hondo, se imaginó haciendo la ecuación en su libreta, y entonces se animó.
"Esto es fácil, sólo hay que despejar y..."- empezó a decir, y mientras hablaba, resolvió el problema en su cabeza. Al finalizar, levantó su mano y respondió con firmeza:"¡La respuesta es 42!"
El público estalló en aplausos y gritos de emoción. El presentador lo miró con sorpresa y fue a verificar si su respuesta era correcta. Después de unos minutos - que parecieron eternos - regresó con una gran sonrisa y anunció:
"¡Correcto! Lorenzo ha ganado el concurso de matemáticas de Númeroville!"
La multitud aplaudió, y Lorenzo, con lágrimas de alegría en sus ojos, miró a sus papás y a la señorita Cifra.
"¡Lo logré!"- gritó Lorenzo, mientras todos lo rodeaban para felicitarlo.
Incluso Juan y Ana se acercaron:
"¡Perdón, Lorenzo! Te subestimamos. Sos increíble con las matemáticas"- dijo Juan.
-Lorenzo, con una gran sonrisa, respondió:"¡Gracias! Pero lo más importante es disfrutar lo que hacemos. Todos somos buenos en algo. Tal vez, algún día, puedan descubrir que también les gusta aprender matemáticas".
Desde ese día, Lorenzo no solo fue el campeón del concurso, sino que se convirtió en un gran amigo para todos, enseñando a sus compañeros y mostrándoles que el amor por aprender es más poderoso que las burlas.
Y así, en Númeroville, las matemáticas se volvieron muy populares entre los niños, todo gracias a un pequeño genio que no dejó que nada detuviera sus sueños.
FIN.