El Gran Cumpleaños de Las Foquitas
Era un día soleado y lleno de alegría en la clase de "Las Foquitas" del colegio Olivar de Quintos. La maestra Lidia sonreía mientras organizaba los globos de colores que adornarían el salón. Hoy no era un día cualquiera, ¡hoy se celebraban los cumpleaños de Nico, Alexia, Joaquín, Adriana, Mateo, Elena, Unai, Valeria y Ramón, todos cumpliendo 4 años!"Hoy será un día muy especial, chicos! ¿Están listos para nuestra fiesta?", preguntó Lidia.
"¡Sí!", gritaron todos a coro.
Nico, el más inquieto de todos, propuso algo divertido:
"¿Y si hacemos un juego de adivinanzas antes de la torta?".
"¡Sí, buenísimo!", respondió Adriana entusiasmada.
Así que, entre risas y juegos, comenzaron con las adivinanzas. Joaquín fue el primero:
"Adivina, adivinador, ¿qué es algo que tiene agujeros y aún así, puede contener agua?".
Valeria pensó por un momento, mientras todos los demás la miraban con atención.
"¡Es una esponja!", exclamó, generando aplausos.
Después siguió Mateo con su adivinanza:
"Es pequeño, tiene alas y vive en el jardín…".
"¡Una mariposa! ”, acertó Elena, saltando en su asiento.
Las adivinanzas continuaron y la risa se desbordaba. Pero de repente, Unai se puso serio.
"Chicos, ¿qué pasará si no nos podemos decidir de quién sopla las velitas primero?".
Todos se miraron, dándose cuenta que no se habían puesto de acuerdo. Ramón, en su habitual tono tranquilo, sugirió:
"Podríamos hacer una carrera. El que llegue primero, soplará la vela primero. ¿Qué les parece?".
"¡Sí, hagamos una carrera!", dijo Alexia emocionada.
Así que todos se pusieron en fila y Lidia explicó las reglas del juego. Mientras se preparaban para la carrera, Joaquín tuvo una idea brillante:
"¡Espera! No se nos puede olvidar que todos estamos cumpliendo años. Tal vez podemos hacer un círculo y cada uno puede soplar una velita a la vez, para que todos celebremos juntos".
"¡Genial! Así no hay peleas y todos somos felices", agregó Adrian.
Lidia sonrió al ver cómo se ayudaban entre todos. Les recordó que para ser buenos amigos, es importante considerar los sentimientos de los demás.
Una vez que acordaron cómo celebrar, la maestra Lidia llevó a los niños a un rincón del patio. Allí había una mesa decorada con una hermosa torta de cumpleaños y ocho sombreros de fiesta.
"¡A festejar! ¿De quién es la torta?", preguntó Elena, mirando expectante.
"Es de todos nosotros", dijo Lidia mientras repartía los sombreros. "Hoy celebramos la amistad y el compañerismo. ¡A soplar las velas!".
Dieron vuelta la mesa y formaron un gran círculo. Cada uno, al soplar, deseó lo que más anhelaba:
"¡Deseo jugar siempre con amigos!", gritó Nico.
"¡Deseo que todos seamos felices!", sumó Adriana.
Cuando la última vela fue soplada, Ramón sugirió:
"Y ahora, podemos compartir los regalos, ¡será como un intercambio de sorpresas!".
"¡Sí, juguemos a eso!", apoyó Alexia.
Los regalos se repartieron y cada uno mostró su regalo a los demás. Unai trajo un juego de mesa muy divertido, mientras que Valeria había traído un libro de cuentos. Todos estaban emocionados con lo que recibieron y comenzaron a hacer un círculo para jugar juntos. Lidia, observando cómo se organizaban, intervino:
"Recuerden chicos, lo importante no es solo lo que traen, sino compartirlo y disfrutar juntos. Ahora, ¡a jugar!".
El resto de la tarde pasó entre risas, juegos y la sensación de que, lo más importante, era celebrar la amistad. Al final del día, cuando todos estaban cansados pero felices, Lidia los reunió para una charla final:
"Hoy no solo celebramos sus cumpleaños, también aprendimos que lo mejor de compartir es aprender a encontrar soluciones juntos. Todos son importantes y sus ideas cuentan. ¿Alguno quiere compartir algo especial que aprendió hoy?".
Nico levantó la mano.
"¡Que es mejor jugar juntos que estar solo!".
"Exactamente!", respondió Lidia, aún sonriendo.
Y así terminó el gran cumpleaños de Las Foquitas, un día lleno de magia, risas y sobre todo, de lecciones de amistad y respeto. Todos regresaron a sus casas felices, esperando el próximo cumpleaños con mucha emoción.
FIN.