El Gran Cumpleaños de Roxy y los Payasos Mágicos
Era un día brillante y soleado en el barrio de Roxy, y la pequeña estaba muy emocionada. Su cumpleaños se acercaba y había planeado una fiesta espectacular con el tema de Halloween. Roxy, con su disfraz de brujita, tenía muchas ganas de que todos sus amigos vinieran a celebrar con ella.
"¡No puedo esperar a que llegue la fiesta!" - exclamó Roxy mientras decoraba su casa con telarañas y calabazas.
Pero esta vez, Roxy decidió hacer algo diferente. Quería que su fiesta tuviese un toque especial, así que invitó a unos payasos que prometieron ser aterradores pero divertidos.
"¿Los payasos serán realmente de miedo?" - preguntó su amigo Tomas.
"Eso espero, quiero algo emocionante" - respondió Roxy.
El día de la fiesta llegó, y los niños estaban ansiosos. La música sonaba y las risas se podía escuchar a lo lejos. De repente, dos payasos - uno con un gran pelaje azul y otro con una nariz roja brillante - aparecieron en la puerta.
"¡Hola, familia y amigos! Somos Riso y Terror, los Payasos Mágicos de Halloween" - dijeron con risas.
Riso tenía un enfoque divertido, mientras que Terror hacía sonidos extraños que asustaron a algunos niños, pero luego los hacía reír con sus ocurrencias. Todos se olvidaron del miedo y comenzaron a disfrutar de juegos como la búsqueda del tesoro y el concurso de disfraces.
"¡Un momento! ¿Qué pasará si me da miedo?" - se preocupó Ana, una de las amigas de Roxy.
"No te preocupes, Ana. Los payasos son amigos de Halloween. Solo quieren divertirnos" - la tranquilizó Roxy.
Con cada actividad, los niños comprendieron que no se trataba de tenerle miedo a las cosas diferentes, sino de abrirse a las sorpresas. Cuando llegó el momento del show de los payasos, Riso hizo malabares con pelotas y Terror mostró trucos de magia que dejaron a todos boquiabiertos.
"¡Miren! ¡Voy a hacer desaparecer esta calabaza!"
Los niños aplaudían y reían, pero justo cuando parecía que todo era diversión, Terror dio un paso atrás y tropezó con sus propios pies, cayendo de forma graciosa.
"¡Miedo! ¡No puedo!" - gritó, y todos se rieron. Roxy notó que algunos de sus amigos todavía parecían un poco asustados, así que pensó en algo creativo.
"Chicos, vamos a hacer un juego más. En lugar de asustarnos, vamos a ser nosotros los payasos" - sugirió Roxy.
Los niños se agruparon y comenzaron a hacer gestos divertidos, convirtiéndose, por un momento, en los payasos de su propia fiesta. Se vieron unos a otros con risas y comenzaron a imitar a Riso y Terror.
"¡Soy Riso y tengo un gran sombrero!" - gritó Juampi, haciendo que su gorro de cumpleaños volara al aire.
"¡Yo soy Terror y voy a intentar hacer un truco de magia!" - dijo Sofía, atrapando a todos en un acto de descontrol.
Y así, entre risas y juegos, los niños aprendieron que la diversión y el miedo son parte de la vida, y que lo más importante es disfrutar de los momentos con amigos. La fiesta culminó con una gran torta decorada con chocolates de Halloween y un brindis por la valentía de todos.
"¡Por los payasos, la amistad y los cumpleaños!" - exclamó Roxy mientras apagaban las velas.
Los payasos se despidieron, contentos por haber compartido un día lleno de risas, y Roxy sintió que su cumpleaños había sido un completo éxito.
"¡Hasta la próxima, payasos!" - gritaron todos mientras Riso y Terror se alejaban, dejando un poco de brillo y magia en el aire.
Roxy aprendió que incluso las situaciones que parecen aterradoras pueden convertirse en algo increíble cuando compartimos la alegría con nuestros amigos. Y así, todos se fueron a sus casas, llevando en el corazón un poco de la magia de Halloween y una gran sonrisa.
Y desde ese día, cada vez que alguien decía —"payaso" , todos recordaban la increíble fiesta de Halloween de Roxy. ¡Fin!
FIN.