El Gran Debate de la Selva
Había una vez, en una hermosa selva llena de colores y sonidos alegres, un grupo de animales que vivían en paz. Pero un día, el loro Lucas tuvo una idea: organizar un gran debate para elegir un nuevo lugar donde jugar. Todos los animales estaban emocionados, y empezaron a prepararse.
El lunes, en la gran reunión, el elefante Edu dijo:
"Yo pienso que deberíamos ir al río. Allí hay agua fresca y podemos jugar a zambullirnos."
Pero la tortuga Tula lo interrumpió:
"¡No! El río es muy peligroso. Hay corrientes fuertes. No es un lugar seguro para todos."
Los demás comenzaron a murmurar, y se sintieron confundidos. La ardilla Sofía, que siempre quería ser escuchada, se levantó y dijo:
"Yo tengo una idea genial: ¡podemos hacer una encuesta! Cada uno puede expresar su opinión y así llegamos a una decisión juntos."
Todos estuvieron de acuerdo, pero no sabían cómo llevarla a cabo. Así que, el zorro Zico se ofreció a ayudar.
"Voy a ir casa por casa pidiendo la opinión de cada uno. Así podremos ver cuál es el lugar favorito."
Durante días, Zico escuchó a todos los animales. La mayoría quería ir al árbol gigante porque tenía sombra y ramas fuertes donde jugar. Pero hubo algunos que prefirieron el río, y otros el prado.
Finalmente, un día después de recolectar todas las opiniones, se volvió a reunir a todos para compartir los resultados. Zico, con voz clara, dijo:
"La mayoría prefiere el árbol gigante, pero varios también quieren el río. ¿Cómo podemos resolver esto para que todos estén contentos?"
El león Leo, que a menudo era muy autoritario, intervino:
"¡Que se vaya la idea del río! ¡El árbol será el lugar! Punto final."
Esto hizo que varios animales se sintieran molestos y tristes. La llamativa guacamaya Maya, que siempre había sido buena mediadora, decidió hablar al respecto.
"¿Y si hacemos un calendario? Un día jugamos en el árbol y el siguiente en el río. Así todos tienen la oportunidad de disfrutar de ambos lugares."
Leo miró a su alrededor y, al ver las caras de felicidad de sus amigos, empezó a comprender. Luego dijo:
"Está bien, me parece justo. Pero, ¿podemos hacer un juego que a todos nos guste?"
Edu el elefante, que siempre era muy considerado, agregó:
"¿Qué tal si hacemos una búsqueda del tesoro en ambos lugares? Eso sería divertidísimo."
Y así, al final, decidieron que jugarían en el árbol gigante durante los días pares y en el río durante los impares. Todos estaban contentos y emocionados. La comunicación asertiva había sido la clave para resolver el debate.
Desde entonces, los animales siempre se aseguraron de escuchar a los demás y expresar sus pensamientos de manera clara y respetuosa. Y así, vivieron felices, jugando y disfrutando de la selva juntos.
**Moraleja:** La comunicación asertiva permite escuchar y ser escuchado, creando soluciones que respeten a todos. Siempre es mejor dialogar y encontrar un punto medio.
FIN.