El Gran Desafío del Granjero



Era un día soleado cuando un granjero llamado Don José decidió ir al mercado. Entre risas y charlas con los vendedores, compró un lobo, una cabra y una col. Con ellos, se sintió seguro de poder tener una granja más próspera.

Cuando llegó al río, se llevó las manos a la cabeza al darse cuenta de que sólo podía transportar uno de sus nuevos amigos a la vez. Decidió que lo más lógico sería llevar primero a la cabra, ya que no quería que el lobo le hiciera algo.

"No te preocupes, amiguita, ¡vamos a cruzar juntos!" - le dijo mientras la subía a la barca. La cabra, emocionada, contenta por el viaje, le respondió:

"¡Qué aventura, Don José! Espero que el lobo y la col estén a salvo juntos."

Una vez cruzado el río, Don José dejó a la cabra en la orilla y decidió volver solo por el lobo. Cuando estaba transportando al lobo, recordó la advertencia del mercado:

"Si el lobo se queda solo con la cabra, la comerá."

Por lo tanto, cuando subió al lobo a la barca, se le ocurrió una idea. Al regresar a la otra orilla, dejaba al lobo en la orilla, pero se llevó a la cabra nuevamente.

"¿Por qué me llevas de nuevo?" - preguntó la cabra con una pizca de temor en su voz.

"Solo necesito que el lobo y tú no se queden solos, por eso vuelvo a buscar la col."

Así que en vez de dejarla sola, Don José llevó a la cabra de vuelta a la orilla original y luego volvió nuevamente al lobo. En la orilla, el lobo miraba ansioso, mientras la col también parecía inquieta.

"¡Hola, lobo! ¿Es verdad que te gusta la cabra?" - preguntó la col, curiosa.

"No la quiero comer, solo estoy celoso de que me dejen fuera de la fiesta. ¿No me van a llevar?" - respondió el lobo con tristeza.

Don José, al escuchar esto, se dio cuenta que el lobo también quería ser parte del grupo. Así que cuando cruzó de nuevo, tomó a la cabra y la col juntas y las llevó a la orilla opuesta.

Todos juntos en la otra orilla, Don José pensó en cómo podría incluir al lobo. Scuchando lo que el lobo le había dicho antes. La cabra y la col empezaron a charlar, restableciendo un ambiente amistoso.

Entonces, Don José, con una sonrisa, llamó:

"¡Lobo! Vení con nosotros; si prometés no comer a la cabra, puedes ser parte de la gran familia. ¡Juntos seremos más fuertes!"

El lobo miró al granjero y luego a la cabra y la col.

"Lo prometo, solo quiero ser parte del grupo y compartir las aventuras."

Desde ese día, el lobo, la cabra y la col aprendieron a vivir juntos en armonía, compartiendo sus días y aventuras en la granja de Don José. A veces, era sorpresa de ver cómo la cabra saltaba sobre el lobo y la col se integraba a sus juegos, con Don José riendo tras ellos.

"La unión hace la fuerza," - dijo Don José "y hoy hemos demostrado que, a veces, lo que parece un problema puede ser una oportunidad para crear nuevos lazos."

Y así, todos aprendieron que con un poco de diálogo y un deseo sincero de ser amigos, podían superar cualquier dificultad. Fin.

FIN.

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