El Gran Desorden de la Fiesta de Cumpleaños
Era un día soleado en el pequeño pueblo de Arcoíris, y Elina estaba emocionada porque era su cumpleaños. Había invitado a todos sus amigos a su casa para celebrar. Sin embargo, mientras organizaba la fiesta, comenzó a suceder todo lo contrario a lo que había planeado.
Primero, su mascota, una ardilla llamada Chispa, decidió robarse los globos. Elina gritó:
- ¡Chispa! ¡Devuélveme mis globos!
Pero Chispa solo se burló desde lo alto de un árbol.
Luego, llegó su amigo Lucas, pero trajo consigo a su perro, Patán, que ahora estaba, nada menos que, ¡persiguiendo a Chispa!
- ¡Patán, no! - gritó Lucas.
Elina miró a su alrededor y vio cómo todo se estaba saliendo de control.
De repente, apareció su amiga Sofía, que llegaba con una enorme torta. Pero la torta estaba decorada con un montón de caramelos de colores.
- ¡Amo los caramelos! - exclamó Elina.
Sin embargo, a Patán se le ocurrió saltar para alcanzarlo, y toda la torta terminó en el suelo.
- ¡Oh no! - gritaron todos al unísono.
Al verse en medio del estropicio, Elina tomó una profunda respiración y dijo: - Esto no puede ser el final de mi fiesta. Tal vez podamos hacer algo diferente.
Sus amigos la miraron confundidos, pero Lucas asintió.
- ¿Qué tenés en mente, Elina?
- ¡Hagamos un concurso de caramelos! - propuso Elina con una sonrisa.
Todos empezaron a juntar los caramelos que habían caído y a ponerlos en un gran plato.
Sofía sugirió:
- ¡Y también podemos hacer una búsqueda del tesoro para encontrar los globos!
Así, los amigos se dividieron en equipos y comenzaron a buscar los globos que Chispa había escondido por todo el jardín. Mientras tanto, alguien tuvo la brillante idea de hacer una competencia entre Patán y Chispa.
- ¡Vamos a ver quién llega primero a la meta! - dijo Lucas riendo.
Después de mucha diversión y risas, lograron terminar con una gran bolsa de caramelos y muchos globos recuperados. Al final, Elina miró a sus amigos y dijo:
- A veces, las cosas no salen como uno espera, pero eso puede llevarnos a la mejor parte de todo.
Y así, con el jardín decorado con globos de mil colores, premios de caramelos, risas y alegría, Elina se dio cuenta de que, aunque todo había sido un gran desorden, lo más importante era que estaban juntos celebrando su cumpleaños.
- ¡Gracias por hacer de esta una fiesta inolvidable! - dijo Elina mientras todos brindaban con sus caramelos.
Desde ese día, Elina supo que cada desorden puede transformarse en una gran aventura si uno tiene amigos a su lado y está dispuesto a reírse cuando las cosas no salen como se planean.
FIN.