El Gran Día de Reciclaje en la Playa
Era un día soleado en la casa de playa. Mis amigas Eden y Dhara habían llegado emocionadas para pasar el fin de semana.
"¡No puedo creer que estemos en la playa!" - exclamó Eden, corriendo hacia la arena.
"Yo tampoco, ¡vamos a divertirnos!" - añadió Dhara mientras tomaba su sombrero.
Pero antes de correr hacia el agua, nos dimos cuenta de que había mucha basura alrededor.
"¡Qué feo! Miren cuánta basura hay aquí..." - dijo Dhara con desilusión.
"Es verdad, deberíamos recogerla. ¡Podemos reciclarla!" - propuse yo.
"¡Sí, buena idea! Así podemos disfrutar de la playa sin preocupaciones!" - dijo Eden, entusiasmada.
Así que decidimos ponernos manos a la obra. Con nuestras mochilas, comenzamos a recoger todo lo que podíamos encontrar: botellas de plástico, papeles, latas, hasta un viejo zapato. Cada vez que encontrábamos algo, lo poníamos en bolsas divididas: una para plásticos, otra para papeles, y así sucesivamente.
"¡Mirá esta botella! Parece nueva" - comentó Dhara mientras la lavaba con agua del mar.
"Alguien seguramente no sabía que no debe tirarla aquí" - respondí.
"Pero vamos a ayudar a que no vuelva a suceder" - agregó Eden, dándole un buen apretón a la bolsa de reciclaje.
Después de un largo rato, logramos llenar varias bolsas. La playa ya se veía mucho más limpia, y nos sentíamos orgullosas de nuestra labor.
"¡Miren lo que hicimos!" - grité viendo las bolsas llenas.
"Sí, esto es genial. Tal vez podamos hacer un concurso de reciclaje en la escuela. ¡Imaginá cuántos amigos podrían unirse!" - sugirió Dhara.
"¡Eso sería increíble!" - respondí.
Finalmente, cuando terminamos, estábamos agotadas pero felices. Decidimos que era momento de jugar un poco.
"¡Ya es hora del fútbol!" - dijo Eden mientras sacaba la pelota de su mochila.
"¡Vamos!" - grité mientras comenzábamos a jugar.
Pero mientras corríamos y nos divertíamos, notamos a un grupo de niños mirando desde lejos.
"¿Por qué no vienen a jugar con nosotras?" - preguntó Dhara, cuando se dio cuenta que nos estaban observando.
"¡Vení, vení! ¡Únanse!" - grité a los chicos.
Los niños dudaron por un momento, pero luego se acercaron. Pronto nos encontramos todos jugando juntas en la arena, riendo y corriendo.
"Es más divertido jugar en equipo siempre!" - comentó uno de los niños mientras pasaba la pelota.
"¡Sí! ¡Y también puedes ayudarnos a recoger basura después!" - añadió Eden.
"¡Sí! El próximo fin de semana podemos venir todos juntos!" - concluyó Dhara.
Al caer la tarde, todos nos sentamos en la playa, cansados pero felices. Mirando el atardecer, comprendimos que la diversión no solo viene de jugar, sino también de cuidar nuestro planeta.
"Hoy aprendimos que juntos podemos hacer la diferencia" - reflexioné en voz alta.
"Sí, y que la playa no es solo nuestra, ¡es de todos!" - dijo Eden con una gran sonrisa.
"Y la próxima vez que venga a la playa, siempre me acordaré de reciclar y cuidar el lugar" - prometió Dhara.
Así, pasamos un día inolvidable que además de diversión nos enseñó la importancia de cuidar la naturaleza y compartir momentos juntos.
FIN.