El Gran Disfraz de Halloween del Sr Huesos
Era una noche oscura y misteriosa, y el Sr. Huesos estaba muy emocionado porque había sido invitado a la gran fiesta de Halloween en el bosque encantado. Sin embargo, una nube de indecisión lo envolvía mientras pensaba en qué disfraz elegir. Había tantas opciones: ¿sería un fantasma? ¿O tal vez un monstruo? ¡O quizás una calabaza gigante!"¡Brunilda!" - decidió llamar a su amiga la bruja, desesperado por ayuda. La bruja, con su característico sombrero puntiagudo, apareció con un destello.
"¡Hola, Sr. Huesos! ¿Qué te trae por aquí en una noche tan espeluznante?" - preguntó Brunilda, mientras una nube de polvo mágico flotaba a su alrededor.
"¡Hola, Brunilda! Estoy en un gran aprieto. No sé qué disfraz elegir para la fiesta de Halloween. Quiero ser original y divertido, pero no puedo decidirme" - se lamentó el Sr. Huesos.
La bruja pensó por un momento y dijo:
"¿Y si creamos un disfraz juntos? ¡Eso sería mucho más divertido!"
El Sr. Huesos iluminó su rostro. "¡Eso suena genial! Pero, ¿cómo lo haremos?"
"Voy a usar algunos ingredientes mágicos que tengo en mi bolsa. Ven, vamos a mi cueva a prepararlo" - le dijo Brunilda.
Cuando llegaron, todo estaba lleno de frascos y pócimas burbujeantes. Brunilda tomó un frasco que brillaba en la oscuridad y susurró algunas palabras mágicas.
"Esto va a ser asombroso, ¡prepárate!" - dijo emocionada.
Sin embargo, cuando Brunilda vertió la poción en el disfraz que estaban creando, algo inesperado sucedió. Un pequeño tornado de colores llenó la cueva, y cuando se disipó, el Sr. Huesos había sido transformado en... ¡un espantapájaros!"Oh no, Brunilda, ¡esto no es lo que quería!" - exclamó el Sr. Huesos, mirándose a sí mismo.
"No te preocupes, es sólo temporal, y además, ¡puede ser divertido!" - aseguró la bruja.
Decidieron salir a dar una vuelta por el bosque y probar la nueva apariencia del Sr. Huesos. Cuanto más caminaban, más se divertían asustando a algunos pájaros, y un grupo de niños que pasaba también se quedó sorprendido y les pidió sacarse fotos.
"Quizás ser un espantapájaros no es tan malo después de todo, pero aún no estoy seguro si es un buen disfraz para la fiesta" - reflexionó el Sr. Huesos.
Luego, encontraron un grupo de animales del bosque que estaban preparando su propia fiesta de Halloween. Al ver al Sr. Huesos como espantapájaros, comenzaron a hacerle fiesta.
"¡Qué disfraz tan original!" - gritó un zorro.
"¡Sos el mejor espantapájaros que hemos visto!" - aclamó una ardilla.
El Sr. Huesos, cada vez más emocionado, decidió unirse a la celebración. Juntos, bailaron, jugaron y compartieron historias de miedo alrededor de una fogata.
Sin embargo, cuando llegó la hora de ir a la fiesta de Halloween, el Sr. Huesos todavía estaba indeciso.
"Brunilda, ¿crees que sería apropiado ir así?" - preguntó.
"Por supuesto, lo más importante es que te diviertas y sientas que sos vos mismo. La originalidad viene del corazón, no del disfraz" - le respondió la bruja.
Con una nueva confianza, el Sr. Huesos se dirigió a la gran fiesta de Halloween. Todos lo recibieron con aplausos y risas.
"¡Mirá, el espantapájaros! Qué genial y divertido vestuario, ¡no hay otro igual!" - gritaban los invitados.
Esa noche, el Sr. Huesos se dio cuenta de que lo más importante no era el disfraz, sino la diversión que compartía con sus amigos. Al final, se divirtió mucho más de lo que había imaginado, y volvió a casa feliz, con ganas de contarles a sus amigos todas las aventuras que había vivido y el gran disfraz que había elegido, gracias a su amiga Brunilda.
Desde aquel día, el Sr. Huesos nunca volvió a dudar de que ser uno mismo era el mejor disfraz de todos.
FIN.