El Gran Encuentro Atlético
Era un hermoso día soleado en el Parque Central de la ciudad, y la emoción flotaba en el aire. Los niños de la escuela Primaria Rincón del Sol estaban muy entusiasmados, ya que se aproximaba la Gran Competencia de Atletismo. Todos querían demostrar su velocidad y habilidades, pero lo más importante para ellos era pasarla bien y aprender a valorar el esfuerzo de cada uno.
Marcos, un niño rápido como un rayo, había estado entrenando durante semanas. Su mejor amigo, Felipe, con una sonrisa permanente, era más lento, pero siempre encontraba alegría en el deporte.
"Marcos, creo que hoy vas a ganar la carrera de velocidad, ¡estás súper preparado!" - dijo Felipe, emocionado.
"Gracias, Felipe. Pero lo más importante no es solo ganar, es disfrutar de la competencia" - respondió Marcos, recordando que su madre siempre le decía que el valor del deporte estaba en el compañerismo y el respeto por los demás.
Mientras tanto, en el equipo de las chicas, Valentina, la más rápida del aula, también se preparaba. Pero una de sus compañeras, Sofía, estaba muy nerviosa.
"Valentina, tengo miedo de no llegar ni al final, y todos van a reírse de mí" - dijo Sofía, con tristeza en su voz.
"No te preocupes, Sofía. Lo importante es participar y disfrutar. ¡Yo estaré en la meta para aplaudirte!" - Valentina le sonrió, sabiendo que el apoyo y el aliento podían cambiar todo.
El día de la competencia llegó, y los niños estaban alineados en la pista, listos para comenzar. Había varias categorías: carreras, saltos y relevos. Los padres y maestros los animaban desde las gradas. El primer evento fue la carrera de velocidad. Cuando sonó el disparo, Marcos salió disparado, mantenido en mente la frase de su entrenador: 'Corre con corazón, no solo con piernas'.
Pero, en un momento inesperado, Felipe, que había sufrido una caída, tropezó al intentar alcanzarlo. Marcos, al oír el ruido, se detuvo y miró hacia atrás.
"¡Felipe! ¿Estás bien?" - gritó preocupado.
"No me importa, seguí!" - respondió Felipe, intentando levantarse rápidamente. Pero Marcos no podía dejar a su amigo atrás.
"No, vamos juntos. ¡Vamos!" - dijo Marcos y regresó hasta donde estaba Felipe. Ambos comenzaron a correr juntos hacia la meta, aunque sabían que perderían.
En el siguiente evento, Valentina también notó que Sofía, que estaba bastante rezagada, apenas podía seguir el ritmo. En lugar de concentrarse solo en su carrera, decidió ayudarla.
"Sofía, ven, corramos juntas. ¡Aparte de competir, hay que disfrutar!" - le dijo Valentina, extendiendo su mano.
Sofía sonrió, sintiéndose más segura. Ambas corrieron juntas y llegaron a la meta sujetadas de la mano.
Los aplausos resonaron, no solo para los que habían llegado primeros, sino también para Marcos, Felipe, Valentina y Sofía.
Cuando terminó la competencia, el maestro, Don Guillermo, se subió al escenario y dijo:
"Hoy hemos visto ejemplos de verdadera amistad, valores y compañerismo. Ganar es importante, pero perder no significa que no podamos disfrutar y celebrar el esfuerzo de cada uno. ¡Esto es lo que hace grande el deporte!"
Marcos y Felipe, con sus rostros llenos de sonrisas, se sintieron felices. Habían aprendido que lo mejor de todo ese día no era el trofeo, sino las risas y la alegría compartida con sus amigos.
Así comenzó una nueva tradición en Rincón del Sol: la Competencia de la Amistad, donde el deporte y los valores se unieron para que todos tuvieran una oportunidad de sentirse especiales, sin importar el resultado. Y así, todos volvieron a casa con una sonrisa en su corazón, prometiendo siempre disfrutar de la competencia y respetar tanto a los ganadores como a los que no lo eran.
FIN.