El Gran Encuentro en el Bosque
En lo más profundo del bosque argentino, donde el sol acaricia las copas de los árboles y el aire tiene aroma a mate, vivían muchos animales autóctonos. Un día, la sabia tortuga Tula decidió organizar un gran encuentro para celebrar la diversidad y la unión de todos los habitantes del bosque.
"- ¡Animales de todas partes! - gritó Tula con su voz pausada pero firme. - Hoy es un día especial... El Día de la Raza! Vamos a celebrar nuestras diferencias y lo que nos hace únicos!"
Los animales, curiosos, empezaron a llegar. Estaba el majestuoso cóndor, alto como una montaña; la alegre chinchilla, que siempre saltaba de un lugar a otro; y el astuto zorro, que nunca perdía la oportunidad de contar un chiste.
"- ¡Hola, Tula! - exclamó el cóndor mientras se posaba sobre una rama. - ¿Qué actividades has planeado para hoy?"
"- He pensado en juegos y cuentos sobre nuestras historias, así podremos conocer más sobre cada uno de nosotros", respondió Tula.
"- ¡Me gusta la idea! - añadió la chinchilla, emocionada. - ¡Vamos a jugar!"
Pero justo cuando estaban por comenzar, el zorro, siempre travieso, dijo:
"- ¡Espera! ¿Y si hacemos una competencia para ver quién es el mejor en cada cosa?"
Los animales miraron a Tula, en espera de su aprobación. La tortuga, aunque un poco dudosa, decidió que también sería divertido.
"- ¡De acuerdo! ¡Pero recuerden, no se trata de ganar o perder! - dijo Tula. - Se trata de conocernos y compartir entre nosotros."
Comenzaron las competencias. Primero, el cóndor voló alto y rápido, mostrando sus grandes alas. Luego, la chinchilla saltó brincando como si estuviera en una nube. Por último, fue el turno del zorro, que corrió rápido entre los arbustos, pero se distrajo buscando un lugar cómodo para dormir.
Mientras tanto, Tula, que observaba desde lejos, se dio cuenta de que todos los animales estaban más interesados en competir que en divertirse juntos. Así que decidió intervenir.
"- ¡Alto! - gritó Tula. - Me parece que hemos olvidado la razón de este encuentro. ¿Por qué no unimos nuestras habilidades en lugar de competir?"
Los animales se miraron entre sí y comenzaron a pensar.
"- ¡Claro! ¡Podemos hacer un espectáculo! - sugirió la chinchilla. - Cada uno puede mostrar lo que mejor sabe hacer, pero juntos en lugar de separados."
"- ¡Exacto! - exclamó el cóndor. - Así todos brillamos al mismo tiempo y nadie se siente menos. Como en el bosque, cada uno es importante!"
Así, todos se pusieron a trabajar. El cóndor voló alto, la chinchilla saltó entre los árboles y el zorro hizo reír a todos con sus bromas mientras Tula relataba historias antiguas sobre el bosque y sus habitantes.
Cuando terminaron, todos aplaudieron felices.
"- ¡Esto fue increíble! - dijo el zorro. - Nunca me sentí tan unido a todos ustedes."
"- Y eso es lo que importa - añadió Tula con una sonrisa. - Celebrar nuestras diferencias y unirnos para crear algo hermoso juntos."
Así, el gran encuentro en el bosque no solo fue una fiesta sino un recordatorio de que cada uno, con su propia historia, aportaba una chispa especial a la gran comunidad que formaban. Y así, en el corazón de la selva, aprendieron que la verdadera riqueza se encuentra en la diversidad y la unión.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.