El Gran Encuentro en la Escuela de Maite, Chiara y Nahiara
Era un día soleado en la Escuela Primaria El Arcoíris, donde tres amigas, Maite, Chiara y Nahiara, disfrutaban del recreo. Ellas eran famosas por su buena onda y por ayudar a otros. Pero un día, algo inesperado iba a poner a prueba su amistad.
- Maite, ¿viste lo que pasó en el patio? - preguntó Chiara, mirando a su amiga con ojos grandes.
- No, ¿qué pasó? - respondió Maite intrigada.
- Nahiara y Tomás están discutiendo sobre quien va a ser el capitán de la selección de fútbol de la escuela - dijo Chiara, con una mano en la boca, sorprendida.
- Eso no puede ser bueno... ¡Vamos a averiguarlo! - exclamó Maite.
Las tres amigas corrieron hacia el patio, donde encontraron a Nahiara y Tomás enfrascados en una acalorada discusión.
- ¡Yo soy la mejor jugadora! - dijo Nahiara con determinación.
- Pero yo tengo más experiencia, he jugado en otros torneos - respondió Tomás, cruzando los brazos.
Maite, Chiara y Nahiara miraron la escena atentamente.
- Esperen un momento, chicos - intervino Chiara.
- ¿No podrías hacer una prueba para que ambos demuestren sus habilidades? - sugirió Maite.
- ¡Buena idea! - coincidió Nahiara, pero Tomás frunció el ceño.
- Eso no está bien, yo quiero ser el capitán y nada más.
De repente, Nahiara comenzó a llorar.
- No entiendo por qué tenemos que pelear. ¡Me duelen las palabras! - sollozó.
Maite, preocupada, se acercó a Nahiara y la abrazó.
- No te preocupes, vamos a resolver esto.
- Yo también creo que deberíamos ser un equipo, no enemigos - agregó Chiara.
Las tres amigas se reunieron y empezaron a pensar juntos. Después de un rato, Maite tuvo una idea.
- ¿Qué tal si hacemos un torneo de fútbol con todos los que quieran participar? Así cualquier puede demostrar su talento y el equipo estará más unido.
- ¡Eso suena genial! - dijo Nahiara, ya más tranquila.
- ¡Sí! Y también podemos invitar a todos los demás chicos y chicas - sugirió Chiara.
Con la idea en mente, las tres amigas se pusieron a trabajar. Hicieron carteles, se encargaron de inscripciones y planificaron todo. En el día del torneo, el patio de la escuela estaba lleno de risas y emoción.
Los estudiantes formaron equipos, y Nahiara y Tomás jugaron juntos, apoyando a sus compañeros y disfrutando del juego. Resulta que ambos eran muy buenos, y juntos hacían un gran equipo.
Al final del torneo, el equipo ganó un hermoso trofeo, pero lo más importante fue que todos aprendieron a trabajar juntos y a disfrutar de la amistad.
- Lo mejor de todo es que hemos hecho un montón de nuevos amigos - afirmó Nahiara mientras se veía el brillo en sus ojos.
- Y hemos demostrado que trabajar en equipo siempre trae mejores resultados - añadió Chiara.
- Sí, la próxima vez que haya un desacuerdo, recordemos que podemos ser un gran equipo - concluyó Maite, sonriendo ampliamente.
Así, el incidente que casi rompe la amistad de Maite, Chiara y Nahiara, las hizo aún más fuertes. Ellas aprendieron que siempre se puede encontrar una solución creativa y que juntos, pueden lograr lo que se proponen. Desde entonces, la amistad se consolidó y su espíritu de equipo fue el lema de su escuela.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.