El gran espectáculo de Don Cirilo
En un pequeño pueblo llamado Alegría, se encontraba el circo Diversión, famoso por sus increíbles actuaciones y coloridos espectáculos.
El jefe de pista de este circo era un hombre llamado Don Cirilo, quien tenía un parche en el ojo izquierdo debido a un accidente que tuvo cuando era joven. A pesar de su apariencia peculiar, Don Cirilo era muy querido por todos en el circo y se había convertido en una figura emblemática.
Un día, el dueño del circo anunció que estaban preparando un nuevo show especial para celebrar el aniversario del circo Diversión y que Don Cirilo sería el encargado de presentarlo.
Todos los artistas estaban emocionados con la noticia, excepto por uno: Tomás, un joven trapecista que siempre había sentido cierta rivalidad con Don Cirilo. "¡No puede ser! ¿Por qué tiene que ser él el protagonista del nuevo show? ¡Yo soy mucho mejor!" -se quejaba Tomás a sus compañeros.
A pesar de las dudas de algunos artistas, llegó el día del gran espectáculo. El público llenaba las gradas del circo Diversión y la emoción se podía sentir en el aire.
Cuando llegó el momento de la presentación estelar, todos los focos se dirigieron hacia el centro de la pista donde estaba Don Cirilo. "¡Bienvenidos al maravilloso mundo del circo Diversión! Soy Don Cirilo y hoy les tengo preparada una sorpresa muy especial", anunció con entusiasmo.
El jefe de pista comenzó a realizar increíbles malabares con pelotas multicolores mientras contaba chistes y hacía reír a grandes y chicos por igual. Luego, desafió a la gravedad caminando sobre una cuerda floja con una sonrisa imborrable en su rostro.
Mientras tanto, Tomás observaba desde backstage cada movimiento de Don Cirilo con mezcla de admiración y celos.
Fue entonces cuando ocurrió algo inesperado: durante uno de sus lanzamientos más arriesgados, una ráfaga de viento hizo tambalearse a Don Cirilo y perder momentáneamente el equilibrio. El público contuvo la respiración temiendo lo peor, pero en ese preciso instante Tomás salió corriendo hacia la pista sin dudarlo un segundo.
Con agilidad felina logró interceptar una pelota que iba directo al suelo evitando así que Don Cirilo cayera. "¡Gracias, Tomás! ¡Eres todo un héroe!" -exclamó emocionado Don Cirilo mientras abrazaba al joven trapecista.
Desde ese momento, Tomás comprendió la importancia del trabajo en equipo y dejó atrás sus sentimientos negativos hacia Don Cirilo. Juntos continuaron con el espectáculo deslumbrando al público con acrobacias nunca antes vistas en el circo Diversión.
Al finalizar la función, todos los artistas se reunieron para felicitar a Don Cirilo por su magnífica actuación y agradecerle por enseñarles que las diferencias no importan cuando hay pasión y dedicación por lo que se hace. El jefe de pista sonrió orgulloso sabiendo que había transmitido una valiosa lección a toda su familia circense.
Y así terminó aquella noche mágica en Alegría, donde la verdadera diversión no solo estaba en los números circenses sino también en los corazones generosos de quienes formaban parte del maravilloso mundo del circo Diversión.
FIN.