El Gran Festín de la Casa Luna



En una pequeña casa en el campo, había un encantador gato llamado Pipo. Pipo era un gato curioso y amistoso que adoraba explorar su hogar durante las noches, especialmente cuando la luna brillaba con fuerza.

Una noche, mientras Pipo estaba sentado en la ventana, observando cómo la luna iluminaba todo con su suave luz, un pequeño ratón llamado Rufi salió de su escondite. Rufi era un ratón ingenioso y siempre estaba en busca de aventuras.

"¡Hola, Pipo!" - saludó Rufi con una sonrisa. "¿Te gustaría unirte a mí en una búsqueda especial esta noche?"

Pipo, emocionado, contestó:

"¡Claro! ¿Qué es lo que buscas, Rufi?"

Rufi le guiñó un ojo y dijo:

"¡Estoy en la búsqueda del mejor queso del mundo! He oído que hay un gran festín en la casa de la abuela Marta, justo al otro lado del campo. ¡Vamos!"

Juntos, decidieron cruzar el campo bajo la luz de la luna. Mientras caminaban, Pipo le preguntó a Rufi:

"¿Y cómo planeas conseguir el queso?"

Rufi rió y respondió:

"La abuela Marta tiene un gran amor por los animales. Si la convencemos de que somos amigos, nos dejará disfrutar del festín."

Al llegar a la casa de la abuela Marta, notaron que había un gran bullicio dentro. Se asomaron por la ventana y vieron a la abuela preparando una enorme mesa llena de quesos, frutas y dulces.

"¡Mirá cuánto queso!" - exclamó Pipo con los ojos brillando de emoción.

Pero justo en ese momento, un gato enorme y animal apareció en la casa de la abuela. Su nombre era Tigre, y era conocido por tener un carácter un poco mandón. Tigre se acercó a la mesa y empezó a proteger el queso.

"¡Nadie puede llevarse mi queso!" - se escuchó su voz ronca al gritar.

Rufi tembló un poco, pero Pipo, valiente, dijo:

"¡Espera, Tigre! No venimos a robarte, solo queremos disfrutar del festín con la abuela. ¿Te gustaría que le pidamos permiso juntos?"

Tigre lo miró con desconfianza:

"¿Y por qué habría de hacerlo? No confío en los ratones."

Rufi miró a Pipo de reojo, sintiendo la tensión en el aire, pero Pipo no se rindió:

"Podemos demostrarte que somos amigos. ¡Te prometemos que, si la abuela nos deja, compartiremos el queso contigo!"

Después de un largo momento de silencio, Tigre sonrió un poco, intrigado ante la propuesta:

"Está bien, voy a darle la oportunidad a la abuela. Pero si me haces trampa, que no te alcance mi garra."

Rufi y Pipo se acercaron a la puerta y tocaron. La abuela Marta abrió y, al verlos, se iluminó el rostro.

"¡Oh, pequeños amigos! ¿Qué traen por aquí?"

"Señora Marta, venimos a pedirle permiso para disfrutar del festín con usted y el gato Tigre, si él lo permite," - dijo Pipo, con sinceridad.

La abuela, sorprendida, miró a Tigre que, con una postura orgullosa, asentía con la cabeza.

"Por supuesto, ¡seremos todos amigos en esta noche mágica!" - dijo la abuela, riendo.

Esa noche, compartieron risas, historias y, por supuesto, queso. Pipo, Rufi y Tigre se convirtieron en amigos inseparables.

"¿Ves, Tigre? No es tan malo compartir," - dijo Rufi mientras saboreaba un trozo de queso.

"Sí, la verdad que fue un buen trato. Tal vez ser amigos no sea tan mal idea," - respondió Tigre, con una sonrisa.

Desde entonces, Pipo, Rufi y Tigre comenzaron a vivir muchas aventuras juntos, aprendiendo siempre que la amistad y la solidaridad son lo más importante. Y bajo la luz de la luna, celebraban cada nuevo día, sabiendo que el verdadero festín está en la compañía que elegimos tener.

Y así, cada vez que la luna brillaba, Pipo y Rufi no se olvidaban de invitar a Tigre a todas sus aventuras, disfrutando siempre del mejor queso y mejor compañía en la casa de la abuela Marta.

FIN.

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