El Gran Festival de Amistad



Era un hermoso sábado en la ciudad de Buenos Aires. El sol brillaba y los pájaros cantaban en los árboles del parque. Un grupo de amigos: Sofía, Tomás, Valentina y Lucas, tenían un emocionante plan para el fin de semana: ¡organizar el primer Gran Festival de Amistad!"Vamos a hacer una fiesta increíble, llena de juegos, comida rica y sorpresas", dijo Sofía emocionada.

"¡Sí! Y también podemos invitar a mas amigos para que se sumen a la diversión!", agregó Tomás, con una sonrisa.

Los amigos se pusieron a trabajar. Hicieron una lista de comidas: empanadas, tortas, y hasta un gran plato de milanesas. Pero, ¿quién haría todo eso?"Podemos hacer una cadena de cocina. Todos traemos un platito de nuestra casa", sugirió Valentina.

"¡Es una excelente idea!", exclamó Lucas.

Así que todos se pusieron manos a la obra. Cada uno en su casa preparó algo delicioso. Sofía hizo empanadas de jamón y queso, Tomás preparó una torta de chocolate, Valentina trajo medialunas y Lucas cocinó milanesas.

El día del festival, el parque estaba lleno de risas y juegos. Los amigos habían traído sillas, mantas y decoraciones coloridas. Al llegar al lugar, se sorprendieron al ver que otros chicos del barrio también se habían sumado.

"¡Esto se está poniendo enorme!", dijo Sofía mirando a su alrededor.

Pero no todo estaba en orden. Mientras todos se divertían, Valentina se dio cuenta de que había olvidado llevar las servilletas.

"¡Oh no! No tenemos servilletas!", gritó Valentina preocupada.

"No te preocupes, tenemos papel de cocina en casa de mi mamá", le dijo Lucas.

Sin pensarlo dos veces, Lucas corrió a su casa y volvió en un abrir y cerrar de ojos con un montón de papel.

"¡Genial! ¡Ahora a comer!", dijo Tomás.

Todos se sentaron y disfrutaron de los platillos que habían traído. Pasaron risas, juegos y, por supuesto, un mini concurso de baile. La música sonaba y todos bailaban con alegría.

De repente, un niño que no conocían se acercó a ellos.

"Hola, ¿puedo jugar con ustedes?", preguntó tímidamente.

Los amigos miraron entre sí.

"¡Claro! Cuanto más, mejor!", dijo Sofía, dándole la bienvenida.

"Yo soy Felipe", se presentó el niño y pronto se unió a los juegos.

A medida que el festival avanzaba, la tarde se tornó aún más especial. No solo estaban disfrutando de la comida y los juegos, sino que también estaban haciendo nuevos amigos y creando lazos entre todos.

"Esto es lo mejor que hemos hecho!", dijo Valentina, viendo a todos jugar juntos.

"Sí, la amistad es lo más lindo de todo. ¡Siempre debemos compartir y hacer sentir a todos parte!", agregó Tomás.

Cuando el sol comenzó a ocultarse, decidieron hacer un círculo para compartir lo que más les había gustado del día. Todos expresaron lo feliz que estaban por haber compartido un día de risas y amistad.

"¡Hagamos más festivales así!", propuso Lucas, emocionado.

"Sí, ¡el siguiente será en mi casa!", dijo Sofía con una gran sonrisa.

Y así, el Gran Festival de Amistad no solo les dejó un día maravilloso, lleno de juegos y comida rica, sino también un bello recuerdo de cómo la amistad puede unir a todos. Desde ese día, los amigos decidieron organizar un festival cada vez que podían, siempre invitando a más chicos para unirse a la diversión.

Fin.

FIN.

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