El Gran Festival de la Selva



Érase una vez, en un frondoso bosque lleno de árboles altos y ríos cristalinos, vivían muchos animales. Todos los años, los animales organizaban un gran festival para celebrar la amistad. Este año, el encargado de la celebración era Lila, una simpática ladradora, y su mejor amigo, Tico, un pequeño y curioso tucán.

Lila estaba muy emocionada y comenzó a decirle a todos los animales:

"¡Amigos! ¡Este año voy a organizar el festival más divertido de todos!"

"¡Sí! ¡Vamos a hacerlo!" dijo Tico, revoloteando a su alrededor.

Los dos amigos decidieron hacer un concurso de talentos donde cada animal podría mostrar su habilidad especial. Lila pensó que sería una buena idea, pero tenía un problema: no sabía qué talento tenía.

Así que Lila le preguntó a sus amigos:

"¿Qué componen ustedes en el festival?"

"¡Yo puedo hacer malabares con frutas!" dijo Pedro, el mono, lanzando un plátano al aire.

"¡Y yo puedo imitar el sonido de cualquier pájaro!" gritó la tortuga Pepe, sorprendentemente rápida al vocalizar sonidos.

Lila se sintió un poco triste, porque aunque Tico hacía maravillas volando, ella no sabía qué podía hacer. Entonces, Tico le dijo:

"¡No te preocupes, Lila! Tal vez aún no lo sabes, pero todos tienen un talento especial!"

"Pero, ¿cuál es el mío?" preguntó Lila.

Decidieron buscar un lugar tranquilo para pensar. Mientras paseaban, se encontraron con Rosita, la pequeña ardilla, recogiendo nueces. Lila se acercó y le preguntó:

"Rosita, ¿tú sabes cuál es mi talento?"

Rosita sonrió y contestó:

"Tal vez puedas ser la mejor narradora de cuentos. Tienes muchas historias increíbles que contar."

Lila se llenó de emoción y pensó en su infancia:

"Sí, me encanta contar historias sobre la selva y sus aventuras. ¡Creo que puedo hacer eso!"

"¡Claro que sí!" exclamó Tico.

Lila comenzó a preparar su narración, pero un día antes del festival, una gran tormenta golpeó la selva. Los pájaros cantaban tristes, y la lluvia se llevaba los preparativos del festival. Cuando terminó la tormenta, todos los animales se encontraron en la plaza desconsolados. Lila, con el corazón lleno de sombras, pensó:

"No podemos dejar que esto arruine nuestra celebración. ¡Necesitamos ayudar!"

Tico, sintiendo la determinación de Lila, se puso de pie y dijo:

"Podemos reconstruir lo que se ha perdido. ¡Juntos podemos hacerlo más grande!"

Los animales, motivados por sus palabras, comenzaron a trabajar en equipo. Rosita ayudaba a recoger las nueces, Pedro traía frutas, y Tico volaba alta para ver dónde estaba el sol.

Finalmente, con mucho esfuerzo y risas, todos organizaban el festival. Lila decidió usar el tiempo de la narración para contar sobre todos los talentos de sus amigos y cómo habían superado la tormenta juntos.

El día del festival llegó, y Lila, llena de confianza, se subió a una roca y dijo:

"¡Hola a todos! Hoy celebraremos la amistad y la unión. ¡Escuchen las historias de valentía y risas que hemos compartido!"

Los animales la escucharon atentamente mientras ella contaba cada uno de los talentos descubiertos, haciendo reír y aplaudir a todos.

Al final de la noche, Lila se sintió más feliz que nunca.

"¡Lo logramos, amigos! ¡Este fue nuestro mejor festival!"

"¡Sí! ¡Y lo organizaste increíblemente!" dijo Tico.

Y así, Lila aprendió que todos tienen talentos únicos, y que lo más importante era la amistad, la unión y el apoyo entre ellos. Desde ese día, Lila continuó contando cuentos sobre el gran festival de la selva y cómo juntos habían superado cualquier obstáculo.

Los animales vivieron felices y unidos, recordando siempre que la verdadera magia no estaba en los talentos individuales, sino en la amistad y el trabajo en equipo.

FIN.

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