El Gran Festival de los Bichos
En un hermoso prado, lleno de flores y luz del sol, vivía una comunidad de bichos que siempre se ayudaban unos a otros. Todos los habitantes del prado estaban emocionados, ya que se preparaban para el Gran Festival de los Bichos, un evento que celebraba la amistad y el trabajo en equipo.
Flik, la hormiga inventora, tuvo una gran idea: quería que el festival fuera especial, así que decidió organizar una obra de teatro que contara la historia del prado y sus habitantes.
"¡Voy a pedirles a todos que se unan!", dijo Flik entusiasmado.
Reunió a sus amigos, la banda de saltamontes, y a la mariposa Rosita, que siempre tenía las ideas más creativas. Sin embargo, al principio, muchos no estaban seguros.
"No sé si somos buenos actores", dijo un saltamontes titubeando.
"¿Y si nadie viene a vernos?", se preocupó Rosita.
Flik miró a su alrededor y decidió que aún así iban a intentarlo.
"¡Si trabajamos juntos, podemos lograrlo!", exclamó con confianza.
Así que comenzaron a practicar. Flik se encargó de hacer los carteles, los saltamontes se unieron a la música, y Rosita brilló con su creatividad pintando los decorados. Todos los bichos del prado empezaron a colaborar de diferentes maneras. Algunos ayudaban a construir el escenario, otros traían comida, y hasta los más pequeños, como las hormiguitas, se encargaban de repartir volantes.
Sin embargo, un día, un viento fuerte se desató y destrozó el escenario que habían construido. Los bichos se sintieron desalentados.
"¡No lo vamos a lograr!", lloró un saltamontes.
"Quizás deberíamos rendirnos", susurró una hormiguita.
Flik, aunque también estaba triste, se armó de valor y decidió hablar.
"¡Esperen!", gritó. "Podemos rehacerlo, solo debemos trabajar juntos. Recuerden, ¡somos un equipo!"
Los bichos, inspirados por las palabras de Flik, decidieron unirse nuevamente. Cada uno puso su parte y todos aportaron nuevas ideas. Al final, no solo reconstruyeron el escenario, ¡sino que lo hicieron más grande y colorido!
Cuando llegó el día del Gran Festival, los bichos estaban nerviosos pero ilusionados. A medida que la obra empezó, todos los bichos del prado se congregaron alrededor, aplaudiendo y disfrutando.
Flik y su equipo dieron lo mejor de sí y ¡la obra fue un éxito rotundo! Al finalizar, el público estalló en aplausos.
"¡Lo hicimos!", gritó Rosita emocionada.
"¡Fue genial!", añadió uno de los saltamontes.
"No lo hubiéramos logrado sin trabajar juntos", dijo Flik, sonriendo.
El festival terminó en una gran celebración. Todos los bichos comprendieron que el trabajo en equipo y el compañerismo los habían hecho crecer y hacer grandes cosas. Desde aquel día, la comunidad del prado se unió aún más y celebró no solo su amistad sino su capacidad de trabajar juntos.
Y así, en el corazón del prado, floreció una amistad que nunca se apagaría, con el eco de las risas y la música resonando por siempre.
FIN.