El Gran Festival de los Oficios



Era un hermoso día en el pequeño pueblo de Diversilandia, donde todos los oficios, costumbres y tradiciones se unían para celebrar el Gran Festival de los Oficios. Los niños y niñas de 4 y 5 años estaban muy emocionados porque ese día aprenderían sobre las diferentes profesiones y la historia de su comunidad.

En la escuela, la maestra Clara les dijo: "¡Chicos! Hoy vamos a descubrir los maravillosos oficios que tienen las personas de nuestro pueblo. Vamos a conocer a los jornaleros, carniceros, panaderos y muchos más.¡No puede ser más divertido!"-

Los niños gritaban de alegría mientras se preparaban para salir al parque central, donde una gran feria había sido organizada. El lugar estaba lleno de coloridos stands, cada uno representando un oficio distinto.

Al llegar, se encontraron con un grupo de artesanos que hacían muebles. Uno de ellos, el abuelo Joaquín, les explicó: "Los muebles se hacen con mucha dedicación y cariño. Cada pieza cuenta una historia"-.

Una niña llamada Sofía, muy curiosa, preguntó: "¿Y cómo es que cada mueble cuenta una historia?"- Joaquín sonrió y dijo: "Cuando hago una silla, pienso en la familia que se sentará en ella a compartir momentos felices. Eso la hace especial"-.

Después, visitaron el stand de la señora Rosa, la panadera del pueblo. "¡Hola, pequeños! ¿Quieren aprender a hacer pan?"-, les dijo mientras sacaba del horno un delicioso pan recién horneado.

Los chicos se pusieron delantales y comenzaron a amasar la masa. "¡Es divertido!"-, exclamó Tomás. Y la señora Rosa agregó: "¡Y muy importante! El pan une a las familias, como el cariño que le ponemos a cada receta"-.

Luego, siguieron hacia el stand del carnicero, don Carlos, que les enseñó sobre los diferentes cortes de carne. "Yo cuido de que todos tengan una comida rica en la mesa. Cocinar en familia es una tradición muy importante"-.

Mientras caminaban, escucharon un bullicio. "¿Qué será eso?"-, preguntó Ana. Todos se dieron vuelta y vieron a un grupo de músicos ensayando. Se acercaron y un niño del grupo, llamado Lucas, les dijo: "¡Vengan a escuchar! La música es un oficio que nos une a todos, así como el baile. ¡Es una tradición muy alegre en Diversilandia!"-

Los niños comenzaron a bailar al ritmo de la música, disfrutando del momento. En ese instante, Sofía notó que muchas actividades tenían algo en común: todas construían lazos en la comunidad.

De repente, la maestra Clara se acercó con una idea brillante: "Chicos, ¿qué les parece si hacemos una representación de lo que aprendimos?"-

Todos se emocionaron y se organizaron rápidamente. Sofía se disfrazó de panadera, Tomás de músico, Ana de artesana y Lucas de carnicero. Ellos invitaron a sus padres y al resto del pueblo a una gran representación donde cada uno mostraba lo que había aprendido.

El día del espectáculo, el parque se llenó de familias. Cada niño y niña mostraba su oficio, compartiendo lo aprendido. Al final, todos aplaudieron, y la maestra Clara dijo emocionada: "Hicieron un gran trabajo, ¡ustedes son el futuro de Diversilandia!"-

Y así, el Gran Festival de los Oficios no solo enseñó a los pequeños sobre los trabajos del pueblo, sino que también los unió, mostrándoles la importancia de cada oficio y cómo todos aportan a la comunidad. Desde ese día, los chicos prometieron seguir aprendiendo y valorando la diversidad de las personas y sus tradiciones. Al volver a casa, cada uno llevaba en su corazón un pedacito de lo aprendido, listo para compartirlo con sus familias y ser parte activa de la historia de su pueblo.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!