El Gran Festival de los Pequeños Talentos



Era una mañana soleada en el Jardín de Infantes Arcoíris. Un grupo de cinco amiguitos: Sofi, Lucas, Mia, Tomi y Valen, se sentaron en una mesa redonda, listos para comenzar su día lleno de aventuras.

"Hoy vamos a aprender a coger el lápiz de forma correcta", dijo la seño Carla, mientras les mostraba cómo realizarlo.

Sofi, emocionada, levantó la mano:

"¡Yo quiero dibujar un arcoíris!"

"Genial, Sofi. Recuerda hacer círculos y no olvidar los colores", le respondió la seño con una sonrisa.

Mientras todos sus compañeros comenzaban a dibujar, Lucas se quejaba un poco:

"Seño, me cuesta un montón!"

"No te preocupes, Lucas. La práctica hace al maestro. Vamos a intentarlo juntos."

Con paciencia, seño Carla apoyó su mano sobre la de Lucas y le mostró cómo hacer líneas suaves. Al final, Lucas logró trazar un hermoso sol.

Luego de la clase de motricidad fina, llegó el momento de la lectura.

"Hoy leeremos cuentos al revés", anunció Valen con un brillo travieso en los ojos.

"¿Al revés? ¡Eso suena divertido!" exclamó Mía, buscando el libro más colorido del grupo. Se acomodaron en círculo y comenzaron a leer de manera creativa. Hicieron que los personajes de los cuentos tomaran nuevos caminos y cada uno inventó finales diferentes, riendo a carcajadas.

Después de la lectura, llegó el momento de bailar.

"Vamos a hacer una danza de los animales", sugirió Tomi, mientras imitaba un pato.

"¡Quiero ser un elefante!" gritó Sofi, moviendo sus brazos como trompas.

"Yo seré una mariposa", dijo Mía, girando con gracia.

"Y yo un gato", agregó Lucas, saltando de un lado al otro.

Mientras todos bailaban felices, la seño Carla les mostró un truco.

"¿Sabían que podemos contar hasta diez mientras bailamos?"

"Sí! Vamos a hacerlo!" dijeron todos entusiasmados.

De repente, la música se detuvo y la seño dijo:

"¡Chicos, tengo una sorpresa! Este viernes haremos el Gran Festival de los Pequeños Talentos. Cada uno podrá presentar lo que más le gusta hacer."

Los niños se miraron con asombro.

"¿Podemos cantar también?" preguntó Valen.

"¡Claro! Y bailar, y mostrar nuestros dibujos", agregó Mía, saltando de alegría.

Los días pasaron volando, y cada uno comenzó a prepararse para el festival. Sofi dibujó más arcoíris, Lucas ensayaba su lectura, Mía tocaba su tambor, Tomi practicaba sus pasos de baile, y Valen ensayaba canciones con su guitarra de juguete.

Llegó el gran día. El jardín se llenó de padres y amigos, todos deseosos de ver el talento de los pequeños. Seño Carla, con una gran sonrisa, los presentó:

"¡Bienvenidos al Gran Festival de los Pequeños Talentos!"

Primero, Sofi mostró su dibujo enorme de un arcoíris mientras decía:

"Hoy pinté un arcoíris que representa la amistad!"

Los aplausos resonaron en todo el lugar. Luego, Lucas pasó al frente:

"Voy a leer mi cuento al revés!"

La gente aplaudía mientras él reía y cambiaba las palabras, creando situaciones inesperadas.

"¡Qué divertido!" decía la audiencia entre risas.

Mía fue la siguiente y sorprendió a todos con su tambor.

"Voy a tocar una canción de fiesta" decía con seguridad, mientras sus compañeros bailaban alrededor de ella.

Tomi mostró sus mejores pasos de baile, imitando varios animales, y Valen finalizó con una hermosa melodía en su guitarra.

"¡Esto fue increíble!" gritó Valen.

Al finalizar el festival, seño Carla se acercó a los niños:

"Chicos, estoy muy orgullosa de cada uno de ustedes. Han demostrado que con esfuerzo y amistad, todo es posible."

Los niños, con una sonrisa gigantesca, se abrazaron y celebraron.

"¡El próximo año vamos a volver a hacerlo!" propuso Sofi.

"Sí, y seremos aún mejores!" gritaron todos juntos.

Y así, en el Jardín de Infantes Arcoíris, los pequeños talentos se unieron, aprendieron y compartieron su amor por el arte, la lectura, el baile y la música, creyendo que todo sueño se puede hacer realidad si se trabaja en equipo y se divierten en el camino.

FIN.

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