El Gran Jardín de las Diferencias



En un hermoso parque lleno de flores de todos los colores, había un grupo de cinco amiguitos: Lila, el girasol amarillo; Bruno, la rosa roja; Moni, la margarita blanca; Tico, el tulipán naranja; y Pipo, el clavel morado. Un día, mientras jugaban, comenzaron a discutir sobre cuál era la flor más bonita del jardín.

"¡Yo soy la más linda!", gritó Bruno.

"No, no, soy yo!", respondió Lila con seguridad.

"Las margaritas son las más alegres", acotó Moni,

"¡Pero el naranja es el color del sol!", dijo Tico,

"¡Y el morado es el más elegante!", completó Pipo.

Los amigos empezaron a pelear, cada uno queriendo demostrar que su color y forma eran mejores. Pero de repente, una mariposa muy especial se posó en el centro del jardín y les dijo:

"¡Hola, amigos! ¿Sabían que cada uno de ustedes es único y hermoso de su propia manera? Las flores más bellas no son las que son iguales, sino las que son diferentes. ¡La belleza está en la diversidad!".

Los cinco amigos se miraron con sorpresa, y empezaron a pensar en lo que la mariposa había dicho.

"Quizás, en vez de competir, podríamos celebrar nuestras diferencias", propuso Tico.

"¡Sí, me gusta esa idea!", dijo Pipo.

"Juguemos a crear un jardín que tenga todos los colores y formas que nos hacen únicos", agregó Moni.

Así que, decidieron hacer un gran mural en la tierra con sus colores, cada uno pintando una parte que representaba lo que más les gustaba de sí mismos. Lila dejó un rayo de sol amarillo, Bruno formó un corazón rojo, Moni hizo un campo de flores blancas, Tico pintó un amanecer anaranjado y Pipo dibujó un hermoso arcoíris morado. Cuando terminaron, el jardín se llenó de colores vibrantes y alegres, y todos juntos sonrieron satisfechos.

"Ahora sí, nuestro jardín es el más lindo porque somos diferentes y juntos hacemos algo especial", cantaron al unísono.

Y así, los amigos aprendieron que la tolerancia y la amistad son lo que realmente hace que un lugar sea hermoso, al igual que un jardín lleno de flores de distintos colores y formas. Desde ese día, jugaron y compartieron alegres, creando nuevas aventuras sabiendo que, aunque eran diferentes, eso era lo que los hacía especiales.

FIN.

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