El Gran Juego de la Amistad
Era un día soleado en el barrio de Villa Esperanza, y todos los niños estaban emocionados porque se había organizado un gran juego en el parque. Entre ellos estaban Lucas, un niño curioso y amistoso, y Sofía, una nueva vecina que había llegado apenas una semana atrás.
"¡Hola! ¿Vas a participar en el juego de hoy?" - preguntó Lucas, acercándose a Sofía con una sonrisa.
"No lo sé... No conozco a nadie y me da un poco de miedo" - respondió Sofía mientras miraba el suelo.
"No te preocupes, todos somos amigos aquí. ¡Ven!" - dijo Lucas, tomándola de la mano y llevándola hacia el grupo.
Cuando llegaron, los otros niños estaban discutiendo las reglas del juego. El líder del grupo, Mateo, estaba explicando que el objetivo era trabajar en equipo para buscar diferentes objetos escondidos en el parque, pero tenían que seguir ciertas normas para que el juego fuera divertido y justo.
"Primero, necesitamos respetar las reglas. Todos deben tener la oportunidad de participar y nadie puede quedarse atrás" - dijo Mateo, mirándolo a los ojos.
Un niño llamado Tomás, que era muy competitivo, se rió y dijo: "¿Qué pasa si yo encuentro todo primero?"
"No se trata de ganar solo por uno, sino de disfrutar juntos y ayudarnos" - respondió Lucas, recordando los valores que siempre le enseñaron en casa sobre la amistad y la inclusión.
Sofía, al escuchar esto, se sintió aliviada y decidió unirse al grupo.
Los niños comenzaron a buscar objetos mientras reían y corrían. Sofía, al principio, no sabía cómo jugar, pero Lucas fue a su lado.
"¡Mirá! Hay un objeto escondido detrás de ese árbol. Vamos juntos!" - dijo Lucas.
Sofía, sintiéndose valiente, asintió y corrieron hacia el árbol. Finalmente encontraron una pelota roja, y todos los niños comenzaron a aplaudir su logro, lo que hizo que Sofía sonriera aún más.
Mientras buscaban, algunos niños empezaron a cansarse y algunos se frustraron porque no encontraban más objetos. Sofía recordó lo que había escuchado sobre trabajar en equipo.
"¡Esperen! ¿Y si nos dividimos en grupos pequeños para buscar mejor? Cada grupo puede buscar en una parte diferente del parque" - sugirió.
"¡Buena idea, Sofía!" - respondió Mateo, sorprendiendo a todos con su valentía.
Así que los niños formaron pequeños grupos y se dispersaron, con Sofía y Lucas trabajando juntos nuevamente.
Después de varios minutos de búsqueda, comenzaron a encontrar más objetos y a celebrar cada descubrimiento.
Al final del juego, los niños se reunieron todos, riendo y compartiendo sus experiencias.
"Hoy aprendí que no solo se trata de competir, sino de disfrutar y trabajar juntos" - dijo Sofía, llena de felicidad.
"Sí, y también que es importante incluir a todos. Eso hace que la diversión sea aún mayor" - agregó Tomás, quien parecía haber comprendido una valiosa lección.
Lucas sonrió, viendo cómo habían crecido juntos en ese único día.
"Lo más lindo fue que todos aprendimos a jugar y a ser amigos, sin importar si éramos nuevos o antiguos en el barrio. ¡Hasta podríamos hacer esto más seguido!" - exclamó.
Así, con el corazón lleno de alegría y nuevas amistades, todos los niños de Villa Esperanza prometieron hacer del juego una oportunidad para aprender, incluir y ser buenos amigos siempre.
Desde ese día, el parque se convirtió en un lugar donde nadie se sentía excluido y donde cada nuevo amigo era recibido con los brazos abiertos.
Fin.
FIN.