El Gran Juego del Valor



Ezequiel era un niño de diez años que pasaba horas y horas con su celular. Le encantaba conocer nuevos amigos en línea, jugar a divertidos videojuegos y compartir risas con compañeros virtuales. Un día, mientras jugaba su videojuego favorito, recibió un mensaje inesperado de un nuevo amigo, llamado Lucas.

"¡Hola, Eze! ¿Te gustaría jugar juntos y pasarla bien?" - escribió Lucas, quien parecía ser un chico simpático y divertido.

Ezequiel se emocionó. Era genial poder tener más amigos con quienes compartir sus aventuras. Rápidamente aceptó la propuesta y comenzaron a jugar juntos. Lucas era un jugador increíble, siempre sabía cómo ganar y hacer chistes que hacían reír a Ezequiel.

Pasaron los días y su amistad creció. Un día, mientras jugaban, Lucas envió un mensaje que dejó a Ezequiel confundido y asustado.

"Eze, tengo una idea. ¿Por qué no me mandas una foto? Así puedo conocerte mejor y luego jugamos juntos en la vida real" - dijo Lucas, con un tono que ya no sonaba tan amistoso.

Ezequiel sintió un escalofrío recorrer su espalda. No le gustó esa propuesta. Recordó todas las charlas que había tenido con su mamá sobre la importancia de cuidar su información y no enviar fotos a desconocidos.

"No, no puedo mandarte una foto, Lucas. Aún no nos conocemos en persona" - respondió Ezequiel con un nudo en el estómago.

Lucas no se opuso de inmediato. "No seas miedoso, todos lo hacen. Solo una foto, hay que ser amigos, ¿no?" - insistió, y eso hizo que Ezequiel se sintiera más incómodo.

"Lo siento, pero de verdad no puedo..." - escribió Ezequiel, su corazón latía fuerte.

Sin saber qué hacer, decidió contarle a su hermana mayor, Valentina. Ella siempre lo había apoyado y confiaba en su criterio.

"Che, Vale, Lucas me pidió una foto y no estoy seguro de qué hacer. Me da miedo" - confesó Ezequiel.

Valentina, segura y sabía, lo miró con seriedad. "Es bueno que me lo digas, Eze. Hay que tener cuidado con las personas en internet. Nunca sabes quién está del otro lado. Esa no es una amistad verdadera. ¿Qué te parece si bloqueas a Lucas?" - le sugirió.

Ezequiel dudó. "¿Pero.. y si se enoja?" - preguntó.

"Los verdaderos amigos respetan tus decisiones. Lo importante es tu seguridad. Además, siempre podrás hacer nuevos amigos con quienes compartir tus juegos sin sentirte incómodo" - le explicó Valentina.

Ezequiel se sintió un poco mejor, así que decidió seguir el consejo de su hermana. Bloqueó a Lucas, sintiéndose aliviado. Aunque la decisión fue difícil, esa noche Ezequiel aprendió una lección valiosa sobre la amistad y la seguridad.

Los días siguieron y Ezequiel aprovechó su tiempo para jugar con sus amigos de la escuela, que eran personas que conocía y en quienes podía confiar. Además, se unió a un club de videojuegos, donde conoció a chicos con intereses similares. Juntos pasaban horas de diversión, interacciones reales y juegos inventados en el parque.

Un día, mientras jugaba a su videojuego favorito con sus nuevos amigos, Ezequiel sonrió y pensó en lo que había ocurrido con Lucas.

"Hoy aprendí que no necesito ceder ante la presión de desconocidos. Mis verdaderos amigos son con los que puedo compartir sin miedo" - exclamó a sus amigos.

"¡Exactamente!" - dijeron sus compañeros. "Siempre es mejor conocerse en persona y jugar cara a cara".

Ezequiel se dio cuenta de que, aunque no podía jugar con todo el mundo que conocía en internet, siempre había un lugar para la verdadera amistad.

Desde ese día Ezequiel se dedicó a jugar y explorar en la vida real con sus amigos, y se convirtió en un defensor de la seguridad en internet entre sus compañeros, recordándoles que siempre es importante protegerse y estar a salvo. Aprendió que no hay nada mejor que reír y jugar con amigos de verdad, y que la valentía consiste en decir que —"no"  cuando es necesario.

FIN.

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