El Gran Mistake de Hernán
Era una tarde soleada en el barrio de La Esperanza. Hernán y Hugo eran dos amigos inseparables, siempre buscando nuevas aventuras. Esa tarde, mientras jugaban en el parque, Hernán decidió invitar a Hugo a su casa para cenar.
"Che, Hugo, ¿querés venir a cenar a casa? Estoy preparando milanes con puré" - dijo Hernán, con entusiasmo, ya que este era su plato favorito.
Hugo miró a Hernán en shock, con los ojos bien abiertos.
"Milanes con puré, otra vez? No sé, la verdad que me gustaría probar algo diferente, como una hamburguesa con queso" - confesó Hugo, un poco desilusionado.
Hernán se sintió un poco mal al escuchar eso. Pensó que milanes con puré era un plato delicioso y que Hugo lo disfrutaría. Sin embargo, no quería que su amigo se sintiera insatisfecho. Entonces, se le ocurrió una idea brillante.
"¿Y si comenzamos una competencia para ver quién puede hacer la mejor comida?" - sugirió Hernán, emocionado.
"¡Eso suena genial!" - respondió Hugo, sonriendo.
Así, los dos amigos decidieron que se dividirían las responsabilidades. Hernán haría milanes con puré y Hugo se encargaría de preparar la hamburguesa con queso. Ambos se pusieron a trabajar en sus respectivas recetas.
Hernán, con su madre ayudando al lado, comenzó a empanizar las milanesas. Mientras tanto, Hugo estaba en su cocina, eligiendo el mejor queso y añadiendo ingredientes especiales a su hamburguesa.
A medida que pasaba el tiempo, el olor de las milanesas dorándose y el aroma de la hamburguesa comenzaban a llenar el aire, creando un ambiente inigualable.
Mientras esperaban, Hernán le preguntó a Hugo:
"¿Qué le pondrías a tu hamburguesa?" -
"Una salsa especial que inventé y un montón de cebolla" - respondió Hugo, poniéndose muy orgulloso.
Finalmente, llegó el momento de la verdad. Se sentaron a la mesa y cada uno presentó su creación. Hernán miró el plato de hamburguesa, que lucía espectacular, y Hugo hizo lo mismo con los milaneses.
"¡Ahora probemos!" - exclamó Hernán.
Ambos amigos dieron el primer bocado. Hernán quedó asombrado con lo rica que era la hamburguesa, mientras que Hugo no podía creer lo sabrosas que estaban las milanes con puré.
"¡Esto está buenísimo!" - gritaron al unísono.
Rieron y disfrutaron de la comida, pero aún así, tenían que decidir quién había hecho el mejor plato. Después de probar ambos, terminaron concluyendo que, en realidad, ambos habían ganado.
"¡Lo mejor de todo es que podemos disfrutar de la comida que hicimos juntos!" - dijo Hugo, mientras ponía un poco de su salsa en el puré de Hernán.
"Y yo puedo hacer milanesa en mi hamburguesa" - agregó Hernán, emocionado por la idea.
Juntos, empezaron a mezclar los sabores de sus creaciones y descubrieron que, al combinar las recetas, crearon un plato totalmente nuevo y delicioso.
Esa noche aprendieron que, a veces, lo mejor es experimentar y que un plato nuevo puede ser aún más magnífico cuando se comparte. Desde entonces, Hernán y Hugo siempre han invitado a sus amigos a una gran cena donde todos traen sus platos favoritos, disfrutando de la variedad de sabores y la alegría de estar juntos.
Y así, Hernán y Hugo demostraron que la amistad puede cocinarse a fuego lento y mezclarse con innovación y risas.
Fin.
FIN.