El Gran Olfato de Tico



En la vasta región llanera de Argentina, donde el sol brilla con fuerza y el viento sopla suavemente, vivía un pequeño zorro llamado Tico. Tico no era un zorro cualquiera; tenía un sentido del olfato extraordinario. Su habilidad le permitía detectar olores lejanos, distinguir entre los diversos aromas de las plantas y percibir el más sutil perfume de las flores. Pero lo que Tico realmente anhelaba era usar su talento para ayudar a sus amigos del bosque.

Un día, mientras paseaba cerca de un arroyo, Tico escuchó una intensa charla entre un grupo de animales.

"¡El festival de la cosecha se acerca!" - dijo Lila, la liebre.

"Sí, pero necesitamos encontrar la comida perfecta. No podemos llevar solo zanahorias, necesitamos algo especial!" - agregó Rocco, el venado.

"¿Y si encontramos unas deliciosas frutas?" - propuso Pipo, el loro.

Tico sintió que era su momento de brillar.

"¡Yo puedo ayudarlos! Con mi olfato puedo encontrar las frutas más sabrosas del llanera!" - exclamó emocionado.

Los animales se miraron con escepticismo, pero Tico estaba decidido a demostrar su habilidad. Juntos, comenzaron a recorrer la llanura.

Primero, Tico se concentró.

"Voy a buscar el olor de las frutas" - murmuró mientras cerraba los ojos.

Después de unos minutos, su nariz comenzó a moverse nerviosamente.

"¡Allí! ¡Hacia el norte!" - gritó Tico, corriendo hacia la dirección que su nariz le indicaba. Los animales lo siguieron, llenos de entusiasmo.

Tras unos minutos de carrera, llegaron a un hermoso árbol cargado de frutas brillantes y coloridas.

"¡Miren lo que encontré!" - dijo Tico con una gran sonrisa.

Todos se acercaron y probaron las frutas. Eran las más ricas que habían comido jamás.

- “¡Esto es precioso, Tico! ” - exclamó Lila, saboreando una jugosa fruta roja.

- “¡Esto será perfecto para el festival! ” - añadió Rocco, saltando de alegría.

Pero justo cuando empezaban a recoger las frutas, un fuerte rugido resonó en el aire. Los animales se asustaron.

"¿Qué fue eso?" - preguntó Pipo, temblando.

"Creo que es un puma, debemos escondernos" - sugirió Tico, mirando a su alrededor, ansioso.

Los amigos encontraron un arbusto espeso donde se ocultaron, pero el puma comenzó a acercarse, atraído por el aroma de las frutas.

"¡Rápido, Tico, ¿qué hacemos? !" - preguntaron sus amigos, llenos de miedo.

"No se preocupen, tengo un plan” - dijo Tico, tratando de mantener la calma. “Voy a distraerlo y ustedes escapen por el otro lado del arroyo."

Sin pensarlo dos veces, Tico salió del escondite y comenzó a correr en círculos alrededor del árbol.

"¡Hey, puma! ¡Aquí estoy!" - gritó, haciendo que el puma lo siguiera.

Los amigos, viendo el valor de Tico, decidieron actuar rápidamente y comenzaron a llenar sus mochilas con las frutas mientras el puma estaba distraído.

Cuando el puma estaba muy cerca, Tico hizo un último esfuerzo y se dirigió hacia el arroyo.

"¡Sigue a la presa!" - gritó antes de saltar al agua.

El puma, confundido, decidió no seguirlo y se alejó, buscando algo más fácil de cazar.

Después de asegurarse de que el peligro había pasado, Tico se unió a sus amigos, que lo esperaban con entusiasmo.

"¡Eres un héroe!" - dijo Rocco, abrazándolo.

"Sin tu valentía no habríamos podido conseguir estas frutas!" - agregó Lila.

Todos se reunieron para caminar juntos hacia el festival, cargados de deliciosas frutas y llenos de felicidad.

"He aprendido que el olfato es un gran regalo, pero lo más importante es usarlo para ayudar a los demás" - dijo Tico, sonriendo.

Desde ese día, Tico se convirtió en el héroe del llanera, y sus amigos siempre lo recordarán por su valentía y su extraordinario olfato. Juntos, celebraron muchas más fiestas, siempre listos para ayudar y compartir lo que tenían.

FIN.

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