El Gran Partido de los Felis



Era un hermoso día en el parque, el sol brillaba y había una leve brisa que hacía volar las hojas de los árboles. Los chicos del barrio estaban emocionados porque se iba a jugar el gran partido entre los equipos de la calle: los Tucanes y los Leones. Entre los jugadores, había dos chicos muy amigos, Feli Cortés y Feli Tula, que eran conocidos por su habilidad con la pelota.

"¡Vamos, Feli! Hoy vamos a ganar seguro," dijo Feli Cortés, con una sonrisa en su cara.

"¡Sí, pero necesitamos estar atentos! No podemos perder ni un minuto!" respondió Feli Tula, ajustándose su gorra.

El partido comenzó y la emoción se sentía en el aire. Los dos Felis corrieron rápidamente por la cancha, pasando la pelota y haciendo jugadas increíbles. La hinchada los animaba, gritando sus nombres.

Sin embargo, en un momento crítico del partido, mientras Feli Tula intentaba quitarle la pelota a un rival, se lanzó con todas sus fuerzas. Desgraciadamente, no calculó bien y terminó chocando con Feli Cortés.

"¡Ay!" gritó Feli Cortés, mientras se caía al suelo.

"¡Feli! ¿Estás bien?" preguntó Feli Tula, muy preocupado.

"Me duele un poco la rodilla, pero creo que estoy bien," contestó Feli Cortés, tratando de levantarse.

Aunque le dolía, Feli Cortés decidió seguir jugando. "No puedo dejar a mi equipo solo. Vamos, Feli, ¡a ganar!" dijo con determinación.

Feli Tula se sintió mal por haber lastimado a su amigo, así que tomó una decisión.

"Voy a cuidar mucho más la próxima vez. Si seguimos jugando, me aseguraré de que estemos a salvo."

A medida que avanzaba el partido, los Tucanes lograron marcar un gol. Feli Cortés, a pesar del dolor, se entusiasmó.

"¡Eso es! ¡Sigamos así!" dijo Feli con ánimo.

"¡Vamos!" gritó Feli Tula, que ahora estaba más concentrado en el juego.

El juego continuó y, en los últimos minutos, con una gran jugada, Feli Tula logró pasar la pelota a Feli Cortés, quien, con un gran esfuerzo, Tiró al arco y ¡gol!"¡Goooool!" gritó toda la hinchada.

"¡Lo logramos!" exclamó Feli Tula con alegría.

Finalmente, el árbitro pitó el final del partido, y los Tucanes habían ganado. Se abrazaron con sus compañeros como una gran familia.

"Sabés que no lo hubiera hecho sin tu ayuda, Feli," le dijo Feli Cortés.

"¡Pero tenés que cuidarte! No quiero que te lastimen otra vez," respondió Feli Tula, sonriendo.

Después del partido, se sentaron juntos a descansar, todavía llenos de emoción. Feli Tula aprendió que siempre tenía que tener cuidado al jugar, mientras que Feli Cortés aprendió que, a veces, era bueno saber que los amigos se cuidan mutuamente.

"Lo que más importa es que jugamos en equipo y nos apoyamos," dijo Feli Cortés.

"¡Así es! Y eso es lo que hace que el fútbol sea tan especial," agregó Feli Tula.

Y así, los Felis, juntos y aprendiendo uno del otro, prometieron ser siempre un buen equipo, dentro y fuera de la cancha. Fin.

FIN.

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