El Gran Partido de los Tres Amigos



En un soleado día de primavera, tres chicos llamados Mateo, Lucas y Juana se reunieron en el parque para jugar al fútbol. El césped verde y bien cuidado los esperaba con muchas aventuras por delante.

"¡Che, hoy vamos a ganar!" – dijo Mateo, el más entusiasta del grupo.

"¿Y cómo vamos a hacer eso? Siempre perdemos contra esos chicos grandes del barrio..." – respondió Lucas, un poco desanimado.

"No se preocupen, yo tengo un plan. ¡Hoy les vamos a ganar!" – exclamó Juana, que tenía mucha confianza en sí misma.

Después de armar el campo de juego, los tres amigos empezaron a calentar. Mientras hacían algunos pases, Mateo dijo:

"Vamos a necesitar más estrategia esta vez. No solamente jugar a lo loco, ¡tenemos que pensar en cómo atacarlos!"

"Sí, podemos jugar con dos defensores y uno en el medio, así nos cubrimos mejor y atacamos por los costados" – sugirió Lucas, haciéndose más optimista.

Ya preparados y con el plan en mente, el trío se dirigió a la cancha donde se encontraban los chicos más grandes, conocidos como 'Los Titanes'. Los Titanes eran conocidos por sus trucos y su increíble habilidad para jugar al fútbol.

"¡Eh, miren los chicos! Si no son Mateo, Juana y Lucas. ¿Vienen a perder otra vez?" – se burló uno de los Titanes, haciendo que Lucas se sintiera un poco incómodo.

"No, esta vez venimos a ganar" – afirmó Juana con determinación.

"Empecemos entonces, que se sienta la emoción" – dijo Mateo con una sonrisa.

El partido comenzó y, aunque los Titanes comenzaban dominando, Mateo, Lucas y Juana se mantuvieron firmes siguiendo el plan que habían pensado. Después de algunos minutos, lograron tener su primera llegada al arco. Con un gran pase de Lucas, Juana corrió a toda velocidad y dio un fuerte tiro.

"¡Gol! ¡Lo hicimos!" – gritaron los amigos, abrazándose de felicidad.

Pero los Titanes no se dieron por vencidos y rápidamente empataron. A medida que avanzaba el partido, los chicos sabían que necesitaban trabajar en equipo.

"Recuerden que no se trata de un solo jugador, hay que pasarse la pelota" – recordó Juana.

"Tienen razón. ¡Vamos a intentarlo de nuevo!" – dijo Mateo mientras ajustaba su camiseta.

Poco a poco, los amigos mejoraron su juego, apoyándose mutuamente y comunicándose todo el tiempo. Sin embargo, poco antes de que finalizara el partido, un balón inesperado se desvió y fue a parar al arroyo que corría al lado de la cancha.

"¡No! ¡Es nuestra única pelota!" – se preocupó Lucas.

"No podemos quedarnos sin jugar, necesitamos recuperarla" – dijo Juana, mirando la corriente del agua.

Así que, a pesar de las dudas, decidieron ir juntos al arroyo. Mateo, que era el más atrevido, se ofreció a ir primero.

"Voy a buscarla, pero necesito que me sostengan para que no me caiga" – dijo.

"No, esperá. Primero hay que pensar cómo hacerlo sin arriesgarnos" – respondió Lucas.

Después de un pequeño debate, decidieron que Juana se quedaría en el borde del arroyo mientras Mateo se metía, y Lucas lo ayudaría con una cuerda que siempre llevaba por si necesitaban atar algo.

"¡Vamos Mateo, vos podés!" – animó Juana.

Con mucho cuidado y siguiendo el plan, Mateo logró recuperar la pelota, ¡y todos celebraron!"¡Lo logramos! Esto no solo se trata de jugar, ¡sino de trabajar juntos!" – dijo Lucas emocionado.

"¡Es verdad! Juntos somos más fuertes!" – apoyó Juana.

Al volver al campo, volvieron a jugar con más ganas y, a pesar de que el partido terminó en empate, se sintieron como verdaderos campeones. Era claro que habían crecido como equipo. Al final del día, todos estaban cansados pero felices.

"Hoy aprendimos que lo importante no es ganar, sino jugar juntos y disfrutar" – dijo Mateo, poniendo su brazo sobre los hombros de sus amigos.

"Sí, mientras estemos juntos, siempre será un buen partido" – añadió Juana.

"¡Nos vemos mañana para más fútbol!" – terminó Lucas, ya pensando en su próxima aventura en la cancha.

Y así, los tres amigos siguieron jugando y aprendiendo en cada partido, convirtiéndose poco a poco en un gran equipo que siempre recordaría que la verdadera victoria estaba en la amistad y el trabajo en equipo.

FIN.

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