El Gran Paseo de Viernes y Sofá
Era un maravilloso viernes por la mañana. El sol brillaba y una suave brisa movía las hojas de los árboles en el parque. Dos mejores amigos, Viernes y Sofá, decidieron que era el momento perfecto para salir de aventura.
"¡Sofá! ¿Qué te parece si hacemos un paseo en bicicleta por la ruta verde?" propuso Viernes emocionado.
"¡Me encanta la idea! Pero, ¿qué llevamos para el camino?" respondió Sofá, poniéndose su casco de bicicleta.
"Podemos llevar un poco de vino de uva y algunas galletitas de arroz. Así, si tenemos hambre, tenemos algo rico para comernos", sugirió Viernes, mientras armaba su mochila.
Los dos amigos se subieron a sus bicicletas y partieron rumbo a la ruta. Mientras pedaleaban, el paisaje se volvía cada vez más hermoso. Los árboles eran altos y verdes, y las flores de colores alegraban el lugar. Pero de repente, un pequeño desvío llamó la atención de Sofá.
"¡Mirá, Viernes! Hay un camino que no hemos visto antes. ¿Te parece si lo exploramos?"
"¿Estás seguro? Puede que nos perdamos..." dijo Viernes, un poco dudoso.
"Pero quizás encontremos algo maravilloso. ¡Vamos!" insistió Sofá.
Sin pensarlo dos veces, se adentraron en el camino desconocido. A medida que avanzaban, descubrieron un lugar mágico lleno de flores gigantes y mariposas de todos los colores.
"¡Esto es increíble! Nunca había visto algo así", exclamó Viernes, emocionado.
Pero al poco tiempo, se dieron cuenta de que el sol comenzaba a esconderse detrás de las montañas y que estaban lejos de la ruta original.
"Oh no, creo que nos hemos perdido. ¿Y si no encontramos el camino de vuelta?" dijo Viernes, preocupado.
Sofá, aunque algo asustado, trataba de mantener la calma.
"No te preocupes, estoy seguro de que podemos encontrar el camino juntos. Recuerda cómo vinimos, bajamos por esa colina y cruzamos un puente de madera. ¡Debemos volver a eso!"
Con determinación, los amigos comenzaron a buscar el camino de vuelta. A veces, se desviaban un poco, pero siempre se ayudaban mutuamente a no perder la fe.
"¿Ves aquella piedra en forma de rana? Eso lo vimos hace un rato, ¡estamos en el buen camino!" comentó Sofá, señalando la peculiar figura.
Después de un rato y un par de giros, llegaron al puente de madera.
"¡Lo logramos!" gritó Viernes, saltando de alegría.
Finalmente, lograron salir del camino oscuro y regresaron a la ruta verde. Se sentaron en el césped para descansar y sacar sus galletitas y el vino de uva.
"Quizás, de vez en cuando, es bueno perderse un poco para encontrar lo sorprendente. Pero también es importante saber regresar", reflexionó Sofá.
"Sí, a veces hay que arriesgarse un poco, pero siempre con cuidado y compañía. Lo más importante es disfrutar el viaje", concluyó Viernes, sonriendo.
Los amigos siguieron comiendo sus galletitas mientras miraban el atardecer, felices por su gran aventura.
FIN.