El Gran Picnic del Pueblo



En un pequeño pueblo rodeado de montañas y llenos de árboles frondosos, vivía un perro llamado Rocco. Era un perrito juguetón y muy querido por todos los habitantes del lugar. Un día, mientras corría por el parque, se encontró con un viejo árbol que parecía estar un poco triste. No había duda de que algo le preocupaba.

"¿Qué te sucede, amigo árbol?" - preguntó Rocco.

"Oh, Rocco, he estado escuchando los sueños de los niños de este pueblo. Todos quieren hacer un gran picnic y compartir su comida, pero no saben cómo organizarlo." - respondió el árbol.

Rocco, emocionado con la idea, decidió ayudar.

"¡Podemos hacer el picnic juntos! Invitemos a todos los niños y traigamos comida deliciosa. Yo me encargaré de que todos se diviertan."

El árbol sonrió, sintiéndose mejor al ver la energía de Rocco.

"¡Eso sería maravilloso! Puedo ayudar a recolectar frutas de mis ramas. ¿Qué tal unos plátanos?"

"¡Son perfectos! Además, tenemos que conseguir otras delicias. Voy a visitar a la abuela de Tomi, que hace las mejores hamburguesas de toda la región." - sugirió Rocco.

El perro se dirigió a la casa de la abuela de Tomi y después de un rato, salió con un enorme plato lleno de hamburguesas. Sin embargo, había un pequeño problema.

"¡Ay, Rocco! No puedo llevar esto solo. Es demasiada comida!" - se lamentó.

De repente, apareció un caracol llamado Gastón.

"¡Hola! ¿Puedo ayudar?"

Rocco lo miró y dijo:

"¡Claro! ¿Qué puedes hacer?"

Gastón sonrió y respondió:

"Soy muy bueno transportando cosas. ¡Puedo llevar las hamburguesas lentamente pero con seguridad!"

Así que, Rocco, el árbol y Gastón comenzaron a recoger todo lo necesario. Pronto los demás animales del pueblo se unieron: pollitos, conejos y hasta un gato aventurero.

Un día antes del picnic, todos estaban emocionados pero un poco preocupados por el clima.

"¿Y si llueve?" - preguntó uno de los conejos.

El árbol dijo:

"No se preocupen. Si todos colaboramos, podemos construir un refugio con mis ramas y hojas."

Todos se pusieron a trabajar. La noche antes del picnic, Rocco organizó un ‘ ensayo general’.

"Recuerden, todos traemos algo a la mesa: hamburguesas, plátanos y sus juegos preferidos!" - decía.

El día del picnic llegó y todo estaba listo. El sol brillaba y la brisa era fresca. Los niños y todos los animales se dieron cita alrededor del imponente árbol que los había unido.

Mientras disfrutaban de la comida, el árbol, emocionado, dijo:

"¡Qué lindo es ver a todos juntos! Cada uno aportó algo especial. ¡Esto es lo que significa ser parte de una comunidad!"

"¡Sí!" - gritó Rocco. "Y lo mejor es que lo hicimos en equipo. Nunca debemos olvidar que unirnos hace que todo sea más divertido y especial."

Y así, el pueblo celebró el gran picnic que nunca olvidarán. El árbol se sintió amado y Rocco ganó no solo a un amigo nuevo en Gastón, sino que también aprendió el valor de la colaboración y la amistad.

Desde ese día, cada vez que el pueblo se reunía, el árbol siempre decía:

"Nunca olviden la alegría de compartir y unirse, porque juntos somos fuertes. ".

Y así, con nuevas aventuras por delante, Rocco y sus amigos continuaron organizando picnics, siempre recordando que el verdadero festín está en la unión y en el amor que cada uno aporta.

FIN.

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