El Gran Plan de Navidad de Manuel



Era una tarde soleada de diciembre en el barrio de Manuel, un niño de 8 años que siempre estaba lleno de energía y curiosidad. Mientras la mayoría de sus amigos jugaban en la plaza, Manuel se encontraba en su habitación, rodeado de lápices, hojas y juguetes desarmados.

"-¡Eureka!" -gritó Manuel, mientras explotaba su cabeza de ideas. Su madre, Rosa, entró a la habitación.

"-¿Qué pasa, Manuel?" -preguntó, un poco preocupada por su exclamación.

"-Mamá, tengo un plan brillante para esta Navidad. Voy a asegurarme de que todos reciban los regalos que desean. Es mi misión!" -dijo con entusiasmo.

"-Eso suena emocionante, hijo. Pero recuerda, la Navidad no solo se trata de recibir regalos. También es importante dar y compartir." -le respondió Rosa.

Manuel asintió, pero su mente ya estaba llena de estrategias. Esa noche, mientras la familia disfrutaba de una cena, Manuel se quedó pensando en su plan.

"-Tengo que saber qué quieren mis amigos. ¡Voy a hacer una lista!" -dijo mientras escribía frenéticamente.

Al día siguiente, se armó de valor y fue preguntando a cada uno de sus amigos. Algunos querían videojuegos, otros libros, y algunos simplemente estaban felices de pasar tiempo juntos. Manuel estaba decidido a conseguirlo todo, así que decidió ir a la tienda de juguetes.

"-¿Cómo te va, Manuel?" -preguntó la dueña de la tienda, doña Clara.

"-¡Hola, doña Clara! Estoy en una misión. Necesito comprar muchos regalos para mis amigos. ¿Puedo usar el dinero que he ahorrado?" -respondió Manuel.

"-Está bien, pero recuerda lo que te dijo tu mamá. La Navidad también es sobre dar. No te olvides de ti mismo mientras piensas en los demás." -le aconsejó doña Clara.

Manuel hizo cuentas y se dio cuenta que el dinero no iba a alcanzar. El niño se sentó en la esquina de la tienda, sintiéndose un poco desanimado, cuando de repente, se le ocurrió una idea.

"-Voy a organizar un juego!" -pensó.

Fue rápidamente al parque y reunó a todos sus amigos. "-¡Hey, chicos! ¿Qué les parece si hacemos una competencia de juegos?" -les propuso. Todos coincidieron y empezaron a pintar un cartel para promocionar el evento.

Al día siguiente, comenzaron las competencias. Corrieron carreras, jugaron a las escondidas y lanzaron pelotas. Al final del día, se habían divertido tanto que no solo ayudaron a Manuel a juntar el dinero extra, sino que también decidieron donar parte de sus premios a un hogar de niños menos afortunados.

"-¡Es genial saber que también podemos compartir con otros!" -exclamó Lucas, uno de sus amigos.

"-Sí, eso es lo que realmente hace que la Navidad sea especial!" -añadió Sofía, sonriendo.

Con el dinero ahorrado, Manuel finalmente pudo comprar los regalos que tanto deseaba para sus amigos, además de una caja de juguetes para donar.

"-Mamá, mira todo lo que hice!" -dijo al regresar a casa.

"-Estoy tan orgullosa de ti, Manuel. Esto es lo que significa la verdadera Navidad: pensar en los demás y darles cariño." -dijo Rosa, abrazándolo.

La noche de Navidad, Manuel no solo repartiría los regalos, sino que también había preparado una sorpresa. Junto a sus amigos, decidió organizar una fiesta para todos en el hogar de niños.

"-Todos merecen una Navidad feliz, no solo nosotros!" -dijo Manuel mientras servía torta y jugo entre risas.

La noche se llenó de alegría, juegos y sonrisas. Cada niño en el hogar se sintió amado y valorado. Al volver a casa, Manuel se sintió más feliz que nunca. "-Mamá, esta fue la mejor Navidad de todas!" -gritó emocionado.

"-Así es, hijo. Recuerda siempre que lo que compartimos crea la verdadera magia de la Navidad." -respondió Rosa, acariciándolo con cariño.

Desde entonces, Manuel entendió que no solo se trataba de ser inteligente o tener buenos planes, sino también de encontrar la felicidad en el dar y en la amistad. Así cada Navidad se convirtió en un recordatorio del poder de compartir y del amor en sus corazones.

FIN.

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