El Gran Proyecto de la EMi



En la Escuela de la Imaginación (EMi), todos los niños estaban emocionados porque iban a emprender un gran proyecto. La directora, la Seño Vicky, les explicó que sería una jornada donde construirían algo grande y maravilloso. Los niños estaban llenos de curiosidad y entusiasmo.

- ¡Hoy vamos a construir algo único y especial! -anunció la Seño Vicky con una sonrisa. Los niños se miraron entre sí, intrigados.

- ¿Qué vamos a construir, Seño? -preguntó Tito, el niño más inquieto de la clase.

- Hoy vamos a construir... ¡un barco! -exclamó la Seño Vicky mientras todos los niños dejaban escapar un asombroso '¡woooow!'.

Los niños formaron equipos y comenzaron a planificar cómo iban a construir su barco. Algunos querían que fuera grande, otros que tuviera muchos colores, y otros pensaban en las historias que podrían vivir en él. Cada equipo tenía una idea distinta, pero todos estaban emocionados por el desafío.

Con cartones, pegamento, pinturas y mucha imaginación, los niños empezaron a dar forma a su barco. Trabajaron juntos, escuchándose y ayudándose entre sí. Cada uno aportaba su creatividad y habilidades, y poco a poco el barco empezó a tomar forma.

Pero, de repente, una tormenta de dudas y cansancio comenzó a rondar la sala.

- No sé si podremos terminarlo a tiempo... -dijo Martina, preocupada.

- ¡Claro que sí! Si trabajamos en equipo, podremos lograrlo -exclamó Tito, tratando de animar a sus compañeros.

La Seño Vicky notó la inquietud de los niños y decidió hacer una pausa para contarles una historia.

- Había una vez un grupo de valientes constructores que enfrentaron muchos desafíos para construir un barco increíble. A pesar de los contratiempos, siempre se apoyaron y juntos lograron su objetivo. Esa historia nos enseña que, con esfuerzo y trabajo en equipo, podemos superar cualquier obstáculo. Así que, ¿qué dicen? ¿Están listos para terminar su gran proyecto?

Los niños se miraron con determinación y asintieron con entusiasmo. Retomaron su trabajo con renovadas energías, cada uno aportando lo mejor de sí para que el barco quedara espectacular.

Al final, los niños lograron terminar su barco. Era grande, de colores brillantes, con velas pintadas por ellos mismos y con historias imaginarias escritas en su casco. Estaban muy orgullosos de lo que habían logrado juntos.

- ¡Lo logramos! ¡Nuestro barco es genial! -exclamaron llenos de alegría.

Esa tarde, en la EMi, todos celebraron el éxito del gran proyecto. Los niños aprendieron que, trabajando en equipo y con perseverancia, pueden lograr cosas maravillosas. Y desde ese día, el barco de la EMi se convirtió en el símbolo de la fuerza, la creatividad y la amistad de todos los niños que lo construyeron juntos.

FIN.

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