El Gran Proyecto de las Estrellas



En un pequeño pueblo llamado Ayaviri, había un grupo de siete estudiantes muy especiales que brillaban con su inteligencia y su pasión por aprender. Nayeli, Ruby, Yummi, Leydi, Paola, Flor y Yudith eran amigas inseparables y se destacaban en todas las materias del pedagógico. Cada día, después de las clases, se reunían con su profesora favorita, la Miss Yuly, quien les enseñaba que el conocimiento era la clave para cambiar el mundo.

Una tarde, mientras discutían ideas para el proyecto anual de la escuela, Ruby exclamó: -¡Deberíamos hacer algo que inspire a otros a cuidar nuestro planeta! -

Flor, con su mirada soñadora, dijo: -Podríamos hacer un jardín con plantas autóctonas y enseñar a otros sobre la importancia de la flora indígena.-

-¡Genial idea, Flor! -respondió Nayeli emocionada. -Pero, ¿cómo lo vamos a lograr? Necesitaremos recursos y ayuda de la comunidad.-

Yummi, que siempre tenía una idea brillante, sugirió: -Podríamos organizar un evento, un día de actividades donde invite a todos a participar y ellos traigan algo para el jardín.-

Las chicas se miraron con complicidad y comenzaron a hacer planes para el evento, a pesar de que sabían que la tarea no sería fácil. Leydi, siempre muy organizada, tomó la delantera, -Vamos a dividirnos las tareas y empezar a trabajar en nuestra propuesta para la dirección de la escuela. Así podremos conseguir lo que necesitamos.-

Paola, que era la más creativa del grupo, dijo: -Podría hacer unos carteles bonitos y dibujar un mapa del lugar donde haremos el jardín. ¡Sería increíble! -

Yudith, la más amante de la lectura, propuso: -También podríamos leer cuentos a los niños sobre la naturaleza y el cuidado del medio ambiente para que así comprendan su importancia.-

Con mucho entusiasmo, este grupo de chicas comenzó a trabajar en su idea. Sin embargo, al presentar su proyecto ante la dirección, se encontraron con un obstáculo.

-Entendemos su entusiasmo, pero no contamos con los recursos para apoyar un proyecto de ese tamaño en este momento. -les dijo el director con tono serio.

Las chicas, un poco desanimadas, se retiraron a reflexionar. Miss Yuly, que siempre estaba al tanto de sus inquietudes, las encontró sentadas en un rincón del patio.

-¿Qué les pasa, mis estrellas? -les preguntó con dulzura.

-Queremos hacer un jardín y enseñar a cuidar el planeta, pero no tenemos apoyo. -respondió Leydi con un suspiro.

-¿Y qué tal si en lugar de desanimarse, piensan en cómo pueden hacer que esto funcione? -les sugirió Miss Yuly sonriendo. -A veces, los grandes proyectos comienzan con pequeños pasos. ¿No podrían empezar solo con una parte del jardín? -

Con esas palabras, Nayeli tuvo una nueva idea. -Podríamos hacer un sector pequeño, algo que no requiera muchos recursos, y luego cuando vean lo maravillosa que es la idea, seguro ayudarán. -

Las chicas asintieron y comenzaron a esbozar su nuevo plan. Entonces decidieron concentrarse en un pequeño rincón del patio de la escuela y se propusieron conseguir plantas a través de donaciones de la comunidad.

Después de semanas de trabajo, organizaron un evento al que invitaron a padres, amigos y personas del barrio. Había juegos, música, y, por supuesto, la presentación de su proyecto.

-¡Bienvenidos al Día de las Estrellas! -gritó Ruby desde el micrófono. -Hoy les enseñaremos sobre las plantas y el cuidado del medio ambiente, y juntos, haremos nuestro primer jardín! -

A medida que la gente llegaba, las chicas contaron sobre su proyecto, compartieron canciones y les mostraron cómo podían ayudar en el proceso de plantación. La comunidad se comprometió y todos juntos empezaron a trabajar.

-Digamos todos juntos: ¡Cuidemos nuestro planeta! -al unísono dijo Yudith y la multitud repitió con entusiasmo.

Así, poquito a poco, plantaron las flores y arbustos elegidos, creando un hermoso rincón en la escuela. Y no solo eso, la gente de Ayaviri se unió al proyecto, donando no solo plantas, sino también su tiempo y esfuerzo.

La noticia llegó a la dirección de la escuela. Cuando el director vio todo lo que habían logrado, sonrió orgulloso y dijo: -¡Esto es increíble! Ustedes sí que son unas verdaderas líderes. -

Nayeli, Ruby, Yummi, Leydi, Paola, Flor y Yudith se sintieron felices, no solo por el hermoso jardín que habían creado, sino también por la unión de la comunidad. En ese rincón verde, las risas de los niños se escuchaban y la naturaleza florecía, demostrando que con esfuerzo, dedicación y trabajo en equipo, ¡podían lograr grandes cosas! Y así, el jardín se convirtió en un lugar especial donde todos pudieron aprender sobre la naturaleza y la importancia de cuidar el medio ambiente.

Desde ese día, el pequeño rincón tornó en un símbolo de esperanza y trabajo en equipo, inspirando a otros jóvenes a llevar a cabo sus sueños, así como lo hicieron Nayeli y sus amigas, bajo la guía de su querida Miss Yuly.

FIN.

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