El Gran Recorrido de los Amigos
Era un soleado martes en el barrio de Villa Esperanza, donde un grupo de amigos, Lucas, Maia y Tomás, decidieron hacer un recorrido por la ciudad en sus motocicletas. Con sus cascos puestos y una sonrisa en el rostro, se reunieron en la plaza del barrio antes de partir hacia la escuela, que estaba al otro lado de la avenida.
"¡Vamos, chicos! ¡No hay mejor forma de conocer nuestra ciudad que sobre dos ruedas!", dijo Lucas emocionado.
"¡Sí! Además, necesitamos comprar unos bocadillos para el recreo", añadió Maia.
"No olviden que yo voy a hacer una presentación sobre los vendedores ambulantes de nuestra zona", recordó Tomás.
Los tres amigos encendieron sus motos y comenzaron su recorrido. Al pasar por la avenida, notaron que había muchos vendedores ambulantes ofreciendo sus productos.
"Mirá, Tomás, hay un puesto de artesanías que debería incluir en tu presentación", sugirió Maia, mientras señalaba a un vendedor que hacía pulseras.
"Buena idea. Tal vez podríamos parar y hablar con él", propuso Tomás.
Decidieron hacer una pausa y se acercaron al vendedor.
"¡Hola! Somos de la escuela de Villa Esperanza y estamos aprendiendo sobre los vendedores de nuestra comunidad. ¿Nos podrías contar un poco sobre tu trabajo?", preguntó Tomás con curiosidad.
El vendedor, don Carlos, sonrió y comenzó a contarles su historia. Había comenzado a vender artesanías hace muchos años, y con el tiempo había aprendido a crear diferentes tipos de productos.
"Es un trabajo duro, pero me gusta porque puedo conocer a muchas personas", explicó don Carlos.
Mientras charlaban, Maia tuvo una gran idea.
"¿Y si hacemos un proyecto en la escuela para ayudar a promover a los vendedores locales?", sugirió.
"¡Eso sería genial! Así más personas se enterarían de lo que hacen", dijo Lucas.
Luego de despedirse del vendedor, el grupo continuó su recorrido. Sin embargo, al llegar a una intersección, se dieron cuenta de que había un gran alboroto. Un grupo de niños estaba rodeando a un joven que había caído de su motocicleta.
"¡Hay que ayudarlo!", exclamó Maia, y rápidamente se acercaron para ver qué había pasado.
El joven, que se llamaba Franco, estaba asustado, pero ileso.
"Me caí mientras trataba de frenar, pensé que no lo lograría. ¡Gracias por venir a ayudarme!", dijo con voz temblorosa.
Los amigos le ofrecieron su amistad y en vez de dejarlo solo con la situación, decidieron ayudarlo a levantarse.
"Si quieres, podemos llevarte a la escuela con nosotros. Así no tienes que ir solo", le ofreció Tomás.
Franco aceptó encantado, y mientras pasaban por la avenida, comenzaron a hablar sobre sus sueños y aspiraciones. A medida que conversaban, se dieron cuenta de que Franco también quería ser parte del proyecto que habían platicado anteriormente.
"¿Te gustaría ayudar con nuestra investigación de los vendedores ambulantes?", preguntó Lucas.
"¡Claro! Sería un placer ayudar y a la vez aprender más sobre mi barrio", respondió Franco con una sonrisa.
Finalmente, llegaron a la escuela, donde compartieron su aventura con sus compañeros. La presentación sobre los vendedores ambulantes que había planeado Tomás se convirtió en un gran proyecto que involucró a todos los amigos y a Franco. Juntos comenzaron a crear folletos y a organizar una feria en la plaza para que los vendedores pudieran mostrar sus productos.
El evento fue un gran éxito y atrajo a muchos visitantes, quienes disfrutaron de la música, la comida, y por supuesto, las artesanías de don Carlos y otros vendedores que se sumaron a la fiesta.
"¡Lo logramos, chicos!", gritó Maia al ver el entusiasmo de la gente.
"Esto es solo el comienzo. Vamos a seguir trabajando para dar visibilidad a todos los que hacen de nuestro barrio un lugar especial", reiteró Tomás.
Desde ese día, los amigos no solo fomentaron el comercio local, sino que también aprendieron el valor de la amistad y la solidaridad. Y así, el gran recorrido de esos amigos se transformó en un viaje lleno de aventuras y aprendizajes, donde cada nuevo obstáculo les enseñaba algo valioso.
¡Y todos vivieron felices en su barrio, apoyando a los vendedores, creando lazos de amistad y soñando en grande!
Fin.
FIN.