El Gran Reino de los Animales Valientes



En un lejano país, donde los árboles eran más altos que edificios y los ríos brillaban como diamantes, existía un reino habitado por animales gigantes, salvajes y, a veces, aterradores. En ese reino, la vida transcurría con normalidad, pero los animales siempre tenían que estar atentos a no cruzar el camino del temido Tigre Sombra, un enorme tigre que se decía podía volver a cualquiera en un instante si se lo provocaba.

Una mañana, mientras todos los animales se reunían para el consejo del bosque, una pequeña y curiosa mezcla entre un ratón y un perezoso llamado Pipo levantó la voz.

"¡Quiero conocer al Tigre Sombra!" - exclamó Pipo, llenando de murmuros a su alrededor.

"¿Estás loco?" - respondió Lola, la elefanta, moviendo sus grandes orejas. "Ese tigre es peligroso y nadie ha regresado vivo después de cruzarse con él."

"Pero… ¿y si le hablamos? Tal vez no sea tan malo como dicen…" - insistió Pipo, temblando de emoción y miedo al mismo tiempo.

El búho sabio, Don Sabio, se rascó la cabeza con su ala y, mirando sus ya viejas plumas, dijo:

"Pipo, es importante ser valiente. Pero también es importante ser astuto. Tal vez si nos acercamos a él con una propuesta, pueda escuchar nuestro mensaje de paz."

"¡Eso es! ¡Haré una fiesta!" - gritó Pipo, lleno de energía. "¡Invitemos a todos! Y si él llega, tendremos un montón de buena comida y música. No podrá resistirse."

Los animales comenzaron los preparativos. Ballenas nadadoras trajeron agua dulce, los pájaros de colores trajeron frutas exóticas y las abejas prepararon mucha miel. Cuando todo estuvo listo, Pipo se armó de valor y se dirigió al hogar del Tigre Sombra.

Después de un largo camino, se encontró frente a una cueva oscura y enorme.

"¡Hola! ¡Señor Tigre!" - Pipo gritó con un hilo de voz.

El rugido del tigre resonó desde adentro. Pipo casi se desmaya, pero logró decir:

"Estamos organizando una fiesta y lo invitamos. Habrá comida y buena música. Vení a disfrutar con nosotros."

El gran Tigre Sombra salió lentamente de su cueva, con su pelo negro como la noche y esos ojos amarillos que parecían brillar al sol.

"¿Fiesta?" - preguntó, asombrado. "Nunca me invitan…"

Pipo, con su pequeño cuerpo temblando, gradualmente encontró su voz. "No hay animales peligrosos en la fiesta. Todos son bienvenidos, y si venís, te prometo que no habrá que pelear. Solo música y diversión."

El tigre lo miró con curiosidad y, luego de un pequeño suspiro, dijo:

"Está bien pequeño, iré."

Pipo, feliz, corrió de vuelta para contarles a todos. La gran fiesta fue el evento más impactante que jamás había pasado en el reino de los animales. Todos bailaron, comieron y cantaron juntos.

Y, cuando llegó la hora, el Tigre Sombra también apareció, dejando a todos boquiabiertos.

"¿Dónde está el baile?" - rugió él, y entre risas, los animales se unieron a él, formando un gran círculo.

Con el tiempo, el tigre se deshizo de su imagen de peligro. Se convirtió en una figura querida en el reino, demostrando que no siempre los más grandes y peligrosos son malos, si no que a veces, solo buscan compañía.

"Gracias, Pipo, por mostrarme otro lado de la vida" - le dijo el tigre durante la fiesta, con una sonrisa genuina.

"¡De nada! ¡Todos merecen una oportunidad!" - respondió Pipo, feliz y orgulloso de haber cambiado la historia del tigre y su propio destino.

Desde esa noche, los animales aprendieron la verdadera lección: a veces, el camino del entendimiento puede ser más fuerte que el miedo, y la amistad más grande que todas las diferencias.

Y así, en el Gran Reino de los Animales Valientes, la música nunca dejó de sonar y las risas se escuchaban en todo el bosque, porque habían encontrado un nuevo amigo en el lugar más inesperado.

FIN.

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