El Gran Rescate de los Lagartos



Era un hermoso día soleado. Un grupo de niños regresaba de un divertido día de campo. Risas y juegos acompañaban sus pasos mientras caminaban por el sendero que los llevaba de vuelta a casa. Al llegar a una laguna artificial, decidieron parar un momento a jugar. Pero en lugar de disfrutar de la belleza del lugar, comenzaron a molestar a los lagartos que allí vivían.

"¡Miren esos lagartos, parece que les gusta el agua!" - gritó Juanito, con una sonrisa traviesa en su rostro.

"¡Voy a darles un poquitito de agua!" - agregó Sara, mientras levantaba un palito del suelo.

Los otros niños se unieron a la diversión y comenzaron a lanzar piedras y palos al agua, riendo y gritando. Sin embargo, lo que no se dieron cuenta era que estaban asustando a los pobres lagartos.

De repente, dos adultos, que eran practicantes del criadero, se acercaron alarmados por el alboroto.

"¡Chicos, por favor, no molesten a los lagartos!" - les dijo Martín, uno de los practicantes, en un tono preocupado.

"Pero estamos jugando, no les va a pasar nada..." - replicó Lucía, sin entender.

FIN.

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