El gran rescate de los océanos
Era un día radiante en la ciudad de Verde Mar, donde el sol brillaba y el mar relucía. Los habitantes del lugar eran conocidos por su amor hacia la naturaleza. Entre ellos, vivían dos amigos inseparables: Sofía, una niña curiosa y valiente, y Lucas, un pequeño delfín que siempre saltaba de alegría en las aguas del océano.
Una mañana, mientras Sofía jugaba con su pelota en la playa, notó algo extraño. "Lucas, mirá eso!"-, gritó. Lucas salió del agua, su rostro lleno de preocupación.
"¿Qué pasó, Sofía?"- preguntó Lucas. "Hay muchas botellas de plástico flotando en el agua y algunas hasta llegan a la orilla. Esto es un desastre"-.
"Tenés razón, hay que hacer algo!"- dijo Lucas, haciendo un salto hacia fuera del agua. Sofía tuvo una idea "¡Vamos a reunir a nuestros amigos!"-
Así que fueron corriendo a buscar a todos sus amigos: la tortuga Tina, que siempre era la más sabia; el pez payaso Pedro, conocido por sus travesuras; y la estrella de mar Estela, que iluminaba todo a su alrededor.
"¡Chicos!"- llamó Sofía cuando los reunió. "El océano necesita nuestra ayuda. Hay demasiado plástico y está poniendo en peligro a todos los animales marinos"-.
"¡Yo puedo ayudar!"- exclamó Pedro, haciendo piruetas. "Me haré cargo de recoger los plásticos que encuentre en el agua"-.
Tina, cuya mente siempre estaba llena de ideas brillantes, sugirió "Podemos hacer un gran evento de limpieza en la playa. Invitemos a todos los habitantes de Verde Mar. Si trabajamos juntos, ¡podemos hacer una gran diferencia!"-.
Estela parpadeó intensamente y agregó "Y también podemos enseñar a todos a reciclar para que el plástico no termine en el mar"-.
Sofía estaba emocionada y pintó carteles con los detalles del evento. Organizó juegos, música y prometió una merienda saludable para todos los que participaran.
Días después, la playa estaba llena de niños, mamás, papás y, por supuesto, de todos los amigos de Sofía y Lucas. Todos estaban listos para el gran evento de limpieza. Sofía subió a una caja para hablar. "Gracias a todos por venir. Juntos, podemos ayudar a nuestro océano. ¡A limpiar!"-.
Con sus guantes y bolsas, comenzaron a recoger plásticos y otros desechos. "Mirá, Sofía, encontré una botella que dice ‘no la tires’"-, dijo Lucas. "Esto es un aviso de que debemos reciclar y cuidar a nuestro planeta"-.
Después de unas horas de trabajo, lograron llenar varias bolsas con basura. La playa brillaba y el océano parecía más feliz. Todos estaban cansados, pero muy satisfechos. Sofía se subió a la caja de nuevo. "¡Lo hicimos! Miren cuánto hemos recogido. Cada uno de nosotros puede hacer la diferencia"-.
De pronto, el cielo se nubló y comenzó a llover. Sofía miró al cielo preocupado. "¿Qué hacemos ahora?"-
Pero Lucas sonrió. "¡El agua es parte de la naturaleza! Esta lluvia hará que crezcan flores y árboles"-.
A todos les pareció genial, y mientras llovía, se reúnieron bajo un árbol grande. Allí, comenzaron a hablar sobre lo que podían hacer en el futuro para cuidar más el océano y el medioambiente.
Tina propuso "Deberíamos hacer de esto una tradición. ¿Qué tal un día de limpieza cada mes?"-
"¡Sí! Y también podemos crear un club de reciclaje"- sugirió Estela.
"Así también podremos educar a otros sobre la importancia de cuidar nuestro planeta"- añadió Pedro, mientras saltaba emocionado.
Sofía entonces tuvo una idea final. "Hagamos un mural con los plásticos que recolectamos como un recordatorio de lo que no debemos hacer, y pongamos un mensaje sobre el reciclaje"-.
Todos aplaudieron la idea. Así que se pusieron manos a la obra, y al final del día, la playa no solo estaba limpia sino que también tenían un hermoso mural que decía: "Cuidemos de nuestro océano. Reciclar es amar a nuestro planeta".
Con el sol brillando de nuevo, miraron a su alrededor, sintiéndose orgullosos. Sofía y Lucas abrazaron a sus amigos. "¡Juntos somos más fuertes!"- dijeron al unísono.
Desde ese día, cada mes, Verde Mar se llenó de risas y juguetes flotantes, pero también de noticias sobre el cuidado del medio ambiente y el reciclaje. Sofía y Lucas sabían que su trabajo apenas comenzaba, pero lo harían con alegría y solidaridad, porque el planeta y los océanos merecían todo su amor y cuidado.
Y así, en Verde Mar, los habitantes aprendieron a cuidar su hogar y todos los océanos del mundo, gracias al valor de dos amigos que no se rindieron ante el reto de proteger su mundo. ¡Y colorín colorado, este cuento se ha acabado!
FIN.