El gran salto de Mateo


Había una vez un niño llamado Mateo que estaba a punto de cumplir tres años. Mateo era muy inteligente y siempre estaba dispuesto a aprender cosas nuevas.

Un día, su mamá le dijo que ya era hora de dejar los pañales y comenzar a usar el baño como los adultos. Mateo se emocionó mucho con la idea de ser un niño grande y poder usar el baño como sus papás.

Su mamá le explicó que todo lo que comemos se transforma en caca y pis, y que debemos recordar ir al baño para deshacernos de ellos. "¿En serio, mamá? ¿Todo lo que como se convierte en caca?"- preguntó Mateo sorprendido. "Sí, mi amor.

Es algo natural del cuerpo humano"- respondió su mamá sonriendo. Desde ese día, Mateo decidió tomar el control de su cuerpo y dejar los pañales. Cada vez que sentía ganas de hacer pis o caca, corría al baño sin perder tiempo.

A veces necesitaba ayuda para subirse al inodoro porque todavía era pequeñito, pero poco a poco fue aprendiendo a hacerlo solo.

Un día mientras jugaba en el parque con sus amigos, Mateo sintió unas ganas muy fuertes de ir al baño. Pero no quería interrumpir su juego tan divertido así que decidió aguantarse un poco más. Pasaron unos minutos y las ganas eran cada vez más intensas.

Mateo intentaba distraerse pensando en otras cosas pero no podía evitar pensar en el baño. De repente, uno de sus amigos le dijo:"Mateo, estás haciendo caras extrañas. ¿Te pasa algo?"Mateo se sonrojó y decidió contarles la verdad a sus amigos.

Les explicó que había decidido dejar los pañales y que ahora tenía que recordar ir al baño cada vez que sintiera ganas de hacer pis o caca. Sus amigos lo felicitaron por su valentía y le prometieron ayudarlo en su nueva aventura.

Juntos, corrieron hacia el baño más cercano para que Mateo pudiera deshacerse de sus ganas. Desde ese día, Mateo nunca volvió a tener miedo de ir al baño.

Aprendió a escuchar las señales de su cuerpo y siempre encontraba un lugar adecuado para hacer pis o caca. Además, se dio cuenta de que si no vaciaba su cuerpo, no tendría energías suficientes para jugar y divertirse como antes.

Con el tiempo, Mateo se convirtió en un experto del baño y enseñó a otros niños a dejar los pañales también. Todos aprendieron la importancia de cuidar su cuerpo y recordar ir al baño cuando fuera necesario.

Y así fue como Mateo dejó los pañales y descubrió una nueva etapa llena de aprendizajes emocionantes. Ahora podía disfrutar plenamente de sus juegos sin preocuparse por los pañales sucios. Fin.

Dirección del Cuentito copiada!