El Gran Salto del Circo


Había una vez un grupo de amigos que amaban el circo. Ellos soñaban con ser acróbatas y trapezistas, pero no tenían la oportunidad de aprender en ningún lugar.

Un día, mientras caminaban por el parque, se encontraron con un pequeño circo que estaba en su ciudad. Los niños emocionados corrieron hacia las carpas para ver qué había dentro. Allí conocieron a los dueños del circo, dos hermanos muy simpáticos llamados Martín y Sofía.

Los hermanos les ofrecieron trabajar en el circo como ayudantes de los animales. Los niños aceptaron encantados y comenzaron a trabajar duro todos los días para cuidar a los animales del circo.

Pero lo que ellos no sabían es que Martín y Sofía estaban planeando algo especial para ellos. Un día, después de mucho entrenamiento, Martín y Sofía les dijeron:"Chicos, estamos muy orgullosos de ustedes por todo el trabajo duro que han hecho aquí en el circo.

Y queremos recompensarlos dándoles una oportunidad única". "¿De qué se trata?" preguntó uno de los niños ansiosamente. "Queremos enseñarles a hacer acrobacias en el trapecio" dijo Martín sonriendo. Los niños estallaron en gritos de emoción ante la idea.

Así comenzó su entrenamiento riguroso para convertirse en verdaderos artistas del trapecio. Pero justo cuando pensaban que todo iba bien, ocurrió algo inesperado: uno de los animales del circo se enfermó gravemente y no podía actuar esa noche.

Martín y Sofía estaban desesperados, pero los niños decidieron ayudar. Recordando todo lo que habían aprendido cuidando a los animales, se ofrecieron para hacer la actuación en lugar del animal enfermo.

"¿Están seguros de que pueden hacer esto?" preguntó Sofía preocupada. "Sí, confíen en nosotros" respondió uno de los niños valientemente. Así que esa noche, nerviosos pero emocionados, los niños subieron al trapecio y comenzaron su actuación.

El público estaba cautivado por sus acrobacias y aplaudía con entusiasmo cada vez que hacían un truco nuevo. Al final de la noche, Martín y Sofía felicitaron a los niños por su gran actuación. Y así fue como estos amigos descubrieron su verdadera pasión: el circo.

Desde ese día en adelante, trabajaron duro para mejorar sus habilidades y convertirse en grandes artistas del circo. Y siempre recordaron la lección que aprendieron: nunca subestimes tus propias habilidades y siempre ayuda a aquellos que están en necesidad.

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