El Gran Sueño de Erika



Era una mañana soleada en el barrio de Villa Esperanza. La primavera estaba en pleno apogeo y las flores florecían en los jardines. Dos amigas inseparables, Erika y Sofía, caminaban juntas rumbo a la escuela, emocionadas por un nuevo día.

"Sofía, hoy en clase de música vamos a aprender sobre las grandes cantantes, ¡no puedo esperar!" - dijo Erika, con sus ojos brillando de emoción.

"Sí, me imagino que vas a hablar de tu ídola, ¡Selena!" - respondió Sofía, divertida.

"¡Exacto! Quiero ser como ella, una gran actriz y cantante. ¡Imaginate!" - Erika suspiró, perdiéndose en sus pensamientos.

A medida que avanzaba la semana, Erika se dedicó a practicar su canto y actuación. En casa, se ponía delante del espejo, representando pequeñas escenas de sus películas favoritas y cantando a todo pulmón.

Un día, mientras ensayaba en el parque, Sofía la interrumpió.

"Erika, ¡tenés que mostrárselo a la profesora Marta! Quizás te pueda ayudar en tus sueños de ser cantante y actriz."

"No sé, Sofía... a veces creo que no soy lo suficientemente buena." - dijo Erika, sintiendo un nudo en el estómago.

"Nadie empieza siendo perfecto, pero si no lo intentás, nunca lo sabrás. ¡Vamos, animate!" - alentó Sofía, con una sonrisa.

Con un poco de miedo pero decidida, Erika decidió presentarse para el concurso de talentos de la escuela. Días después, cuando llegó el momento, sentía que su corazón latía con fuerza.

"No puedo hacerlo, Sofía. Estoy demasiado nerviosa." - murmuró Erika justo antes de su turno.

"No te olvides de que estoy aquí con vos. Respirá hondo y acordate de por qué lo hacés. ¡Esa es tu pasión!" - Sofía le dio una palmadita en la espalda.

Con un último suspiro, Erika subió al escenario. Muy pronto, su nerviosismo comenzó a desvanecerse mientras cantaba una de las canciones de Selena. Las palabras fluían y su voz resonó con fuerza.

Una vez que terminó, el público estalló en aplausos.

"¡Lo hiciste, Erika! ¡Eras increíble!" - exclamó Sofía emocionada, mientras corría a abrazarla.

Después del evento, la profesora Marta se acercó a Erika.

"Tienes un gran talento, niña. ¿Te gustaría unirte al taller de teatro y canto que comenzaremos la próxima semana?"

"¡Sí! Sí, por favor, quiero participar!" - respondió Erika, casi sin poder contener su alegría.

Los días pasaron y Erika se volcó de lleno en el taller. Se sintió más segura que nunca y comenzó a hacer nuevos amigos. Un día, mientras ensayaban para la representación de una obra de teatro, notó que Sofía parecía un poco distante.

"Sofía, ¿estás bien? No te he visto participar mucho en las actividades últimamente."

"No sé, Erika. Me gustaría unirme, pero a veces creo que no soy tan creativa como vos. Además, prefiero estar en un segundo plano."

"No puede ser. ¡Tus ideas son geniales! La parte más importante es disfrutar y dejarse llevar. ¡Realmente me gustaría que te unieras!"

"Quizás... tal vez un día me anime." - Sofía sonrió tímidamente, pero aún dudando.

Un par de semanas después, el taller culminó con la gran actuación. Erika y su grupo estaban listos para subir al escenario, pero notó que Sofía aún no había tomado la decisión de participar.

"No soy buena como vos, Erika. Vos brillás. Yo solo soy Sofía."

"¡Eres única, Sofía! Hay un papel pequeño que podrías interpretar. Te va a encantar. Pará de pensar en lo que no sos y enfocá en lo que sí podés hacer. ¡Nosotras vamos a brillar juntas!"

Con un empujón de confianza, Sofía finalmente aceptó. Ambas se prepararon, y cuando llegó el día de la actuación, el escenario las esperaba con entusiasmo.

Una vez más, el aplauso del público resonó en el aire.

"Lo hicimos, Erika. ¡Lo hicimos!" - Sofía gritó con felicidad después del show.

"¡Sí! Esto es solo el comienzo, ¡quería compartir mi sueño con vos!" - exclamó Erika mientras se abrazaban.

Desde ese día, tanto Erika como Sofía aprendieron que los sueños eran más grandes cuando se compartían. Y aunque Erika brillaba como la actriz y cantante que siempre soñó ser, Sofía se dio cuenta de que tenía su propio lugar en el escenario de la vida y decidió perseguir sus pasiones también. Juntas, se apoyaron mutuamente en cada paso del camino, demostrando que la amistad puede transformar temores en confianza y sueños en realidades.

Con sus corazones llenos de esperanza y sueños compartidos, ambas amigas prometieron nunca dejar de brillar, en el escenario y en la vida.

FIN.

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