El Gran Sueño de Lisandro Martínez



En un hermoso pueblito llamado Villa Esperanza, vivía un joven llamado Lisandro Martínez. Desde pequeño, Lisandro soñaba con ser un gran futbolista, así que pasaba sus días jugando a la pelota con sus amigos en el parque. Sin embargo, había un pequeño problema: el campo de fútbol del pueblo estaba en muy mal estado, lleno de piedras y lugares desparejos.

Un día, mientras Lisandro y sus amigos jugaban, se lastimaron varios de ellos por culpa de las piedras.

"¡Ay, qué dolor!" exclamó Fran, uno de sus amigos.

- “No podemos seguir jugando así”, dijo Lisandro, preocupado.

Entonces, Lisandro tuvo una idea brillante. "Voy a hablar con el intendente del pueblo para ver si podemos arreglar el campo". Todos se miraron, emocionados por la idea, pero también algo escépticos.

"¿Y cómo pensás hacer eso?" preguntó Clara, su amiga más cercana.

"Con la ayuda de todos, vamos a armar una gran campaña y recolectar firmas para que el intendente nos escuche", respondió Lisandro con determinación.

Así que, armó un cartel que decía “¡Salvemos nuestro campo de fútbol! ” y salió con sus amigos a buscar firmas entre los vecinos. Comenzaron a visitar a todos los habitantes del pueblo, desde los más jóvenes hasta los más grandes, y la gente se sumó al entusiasmo de Lisandro.

- “Yo apoyo la idea, ¡firmo ya! ” decía don José, el panadero, mientras Lisandro le contaba su plan.

- “¡Qué bueno, Lisandro! Esto es lo que necesitamos”, dijo doña Rosa, la maestra, al ver la pasión en los ojos del joven.

Pasaron varias semanas, y gracias al esfuerzo de Lisandro y sus amigos, lograron juntar una gran cantidad de firmas. Un día, finalmente se acercaron al intendente del pueblo. Con nervios y expectativas, Lisandro tocó la puerta del despacho del intendente.

- “Hola, señor intendente. Soy Lisandro Martínez y vengo a hablar sobre el campo de fútbol”, comenzó con un voz temblorosa.

- “Adelante, Lisandro, cuéntame”, respondió el intendente con una sonrisa.

Lisandro explicó la situación y le mostró todas las firmas que habían recolectado.

- “Es un gran trabajo, Lisandro. Se nota que hay un entusiasmo enorme por el fútbol en tu pueblo”, dijo el intendente entretenido.

- “¿Entonces lo podemos arreglar? , preguntó Lisandro ansioso.

- “¡Claro que sí! Pero necesito que sigas al frente de esta causa. Vamos a organizar un evento para recaudar dinero y poder restaurar el campo”, dijo el intendente.

Lizandro no podía creerlo. ¡Era la oportunidad que tanto había esperado! Junto con sus amigos, se puso a trabajar para organizar un gran día de fútbol donde todos podían participar. Había juegos, premios y hasta una gran fogata al final.

El día del evento fue increíble. El campo estaba repleto de gente, sonriente y emocionada. Lisandro, al ver todo eso, sintió que su sueño se hacía realidad, no solo por el campo, sino por la comunidad unida en torno a su pasión.

Finalmente, lograron recaudar suficiente dinero y el intendente cumplió su promesa. El campo fue reparado y convertido en un hermoso lugar para jugar. Lisandro y sus amigos no podían esperar a estrenarlo.

- “Esto es increíble, Lisandro. ¡Lo logramos! ” exclamó Clara mientras pateaba la pelota en el nuevo campo de fútbol.

- “Ahora sí podemos jugar sin miedo! ”, agregó Fran emocionado.

Lisandro sonrió y miró a su alrededor. Había aprendido que con trabajo en equipo, compromiso y dedicación, podían hacer cosas maravillosas. Además, se dio cuenta de que no solo logró un mejor lugar para jugar, sino que también había unido a toda la comunidad por un sueño compartido. El campo se convirtió en el corazón del pueblo, donde todos se reunían para jugar, celebrar y disfrutar.

Y así, Lisandro Martínez no solo se convirtió en el mejor futbolista del pueblo, sino en un gran líder para todos sus amigos y vecinos. Siempre recordaría que, a veces, los sueños más grandes comienzan con una simple idea y un poco de trabajo en equipo.

Desde ese día, cada vez que Lisandro y sus amigos se reunían a jugar, sonreían felices en su nuevo campo, recordando la importancia de luchar por lo que desean y nunca rendirse.

FIN.

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