El Gran Temblor de Taty



Era un hermoso día en el Jardín de Infantes "Las Estrellitas". Los niños jugaban en el patio, mientras Taty, una pequeña tortuga, disfrutaba tomando el sol. De repente, el suelo comenzó a temblar.

- ¡¿Qué está pasando? ! - exclamó Taty, asustada.

En ese momento, sus amigos, el conejo Ramón y la ardilla Lila, corrieron hacia ella.

- ¡Es un terremoto! - gritó Ramón, con los ojos muy abiertos.

- ¡No te preocupes, Taty! - dijo Lila, tratando de calmarla. - Todos debemos mantener la calma y seguir las instrucciones de la seño.

La seño Clara, que los estaba observando desde la ventana, salió de la sala rápidamente.

- ¡Niños, escuchen! - dijo con su voz firme pero amable. - No tengan miedo, vamos a hacer lo que hemos practicado.

Con gran tranquilidad, la seño llevó a los niños hacia el lugar seguro que habían aprendido en sus simulacros. Allí, todos formaron un círculo y se dieron la mano.

- ¡Uno, dos, tres, juntos! - contaba la seño mientras los niños se miraban entre sí, sintiendo el temblor bajo sus patas.

Cuando todo se calmó, Taty miró a sus amigos y dijo:

- ¡Lo logramos! ¡Nos mantuvimos seguros!

- ¡Sí! - respondió Ramón, saltando de alegría. - Ahora sabemos qué hacer si vuelve a temblar.

Lila sonrió y comentó:

- Y además, aprendimos que apoyarnos unos a otros es importante.

La seño Clara asintió, satisfecha.

- Exactamente, amigos. Siempre debemos recordar que en momentos difíciles, el trabajo en equipo y el apoyo mutuo nos hace más fuertes.

Después de asegurarse de que todos estaban bien, la seño llevó a los niños de vuelta al salón.

- Hoy aprendimos una lección muy valiosa - dijo. - No se trata solo del terremoto, sino de cómo enfrentamos juntos cualquier desafío.

Los ojos de Taty brillaron de emoción. Con confianza, dijo:

- ¡La próxima vez, seré la primera en ayudar a mis amigos!

Todos se rieron y se dieron un abrazo. Desde ese día, el Jardín de Infantes "Las Estrellitas" no solo fue un lugar de juegos, sino también un lugar donde aprendieron la importancia de la valentía, la solidaridad y el trabajo en equipo. Y así, cada vez que había un temblor, los pequeños recordaban el día que enfrentaron el gran terremoto juntos, llenos de amor y amistad.

FIN.

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