El Gran Torneo de la Selva
En la bullenaza selva de Verdejungle, todos los animales se preparaban para el Gran Torneo de Deportes. Era un evento muy esperado, donde cada uno mostraba sus habilidades y, lo más importante, se divertían en equipo.
El día del torneo, el gran tucán Tuca voló alto para dar la bienvenida a todos:
"¡Bienvenidos, amigos! ¡Hoy es un día para divertirnos y ser amigos!"
Entre los competidores, había un grupo especial de animales: Leo, el león que le gustaba hacer cuentos y jugar, Tina, la tortuga que era un poquito diferente pero muy alegre, Rita, la rana que siempre salía saltando, y Coco, el pequeño loro que no podía volar muy lejos pero tenía una gran imaginación.
Mientras todos se preparaban, algunas hienas un poco traviesas comenzaron a reirse de ellos.
"¿Vas a jugar vos, tortuguita lenta?" decía una hiena entre risas.
"¿Y vos qué, loro sin alas?" se burlaba otra hiena, mientras todos se reían.
Tina se sintió triste y su caparazón se cerró un poco. Pero Leo se acercó:
"No dejes que las hienas te molesten, Tina. Recordá que somos un gran equipo, y eso es lo que importa."
Mientras tanto, el gran torneo empezó. Había corrida, saltos y un juego de pelota. Comenzaron con carrera, y todos los animales salieron disparados. Tina, aunque era más lenta, se esforzó al máximo:
"Yo puedo hacerlo..." repetía para sí misma mientras avanzaba con determinación.
Coco, aunque no podía volar como los demás, encontró una forma creativa de ayudar. Se subió a la espalda de Leo, y desde allí dirigió a sus amigos:
"¡Vamos, equipo! ¡A seguir avanzando!"
La competencia avanzaba, y las hienas seguían burlándose. Sin embargo, Leo decidió que era momento de actuar. Se acercó a las hienas:
"¿Por qué se burlan de ellos? Ellos tienen su propia forma de jugar y eso es genial. ¡Vamos a apoyarnos en lugar de reírnos!"
Las hienas se quedaron sorprendidas, y una de ellas, que nunca había jugado con otros, se sintió un poco avergonzada.
"Tal vez tengamos que intentarlo, yo solía jugar con la tortuga..."
Todos en la selva escucharon a Leo, y empezó a cambiar el ambiente. Todos se unieron en su apoyo, y las hienas comenzaron a ver de manera diferente a sus compañeros. La sonrisa de Tina comenzó a regresar.
"¡Gracias, amigos!" dijo Tina mientras corría con más ganas.
En la final del torneo, todos los animales compitieron. Finalmente llegó el juego de pelota, donde cada equipo debía ayudar a su compañero a anotar un gol. En una jugada, Coco planeó una estrategia:
"Vamos, Tina, ¡sigue mis instrucciones!"
"¡Sí, puedo!" respondió Tina con emoción.
Juntos, jugaron como nunca antes, e incluso las hienas se unieron para intentar hacer las funciones que les tocaban, ¡y resultó ser muy divertido!
Al finalizar el torneo, no solo se proclamó al campeón, sino que todos los animales entendieron que ser diferentes los hacía únicos. A partir de ahí, organizaron partidos amistosos donde todos podían jugar, sin importar la velocidad, la habilidad o cualquier otra cosa.
Y así, en la selva de Verdejungle, el gran torneo se convirtió en una fiesta de amistad, respeto y apoyo. Todos aprendieron a jugar de forma diferente, y juntos eran más fuertes.
"¡Así me gusta! ¡La unión hace la fuerza!" gritó Tuca, mientras todos se reían y disfrutaban.
Desde ese día, todos los animales de la selva se volvieron amigos, y todos lograron entender que en el deporte, lo importante no es ganar, sino compartir y disfrutar en equipo.
FIN.