El gran torneo de los deportes
Era un soleado día en el pequeño pueblo de Rivertown, donde todos los niños esperaban con ansias el gran torneo de deportes del año. Entre ellos estaba Lola, una niña llena de energía que siempre estaba lista para jugar, y Pedro, su mejor amigo, quien, aunque no era tan hábil en los deportes, siempre tenía una sonrisa en el rostro.
"¡Lola! ¿Ya estás lista para el torneo?" - preguntó Pedro entusiasmado, mientras practicaba su lanzamiento de pelota.
"¡Por supuesto! He estado entrenando todo el verano. Pero espero que no te sientas mal si no ganas, ¿eh?" - dijo ella con una sonrisa alentadora.
"¡No! A mí lo que más me importa es divertirnos juntos" - respondió Pedro, aunque algo inseguro.
A medida que se acercaba la fecha, los niños comenzaron a practicar para competir. Cada uno de ellos se unió a un equipo de su deporte favorito: fútbol, voley, atletismo y más. Sin embargo, el profesor Carlos, el educador de educación física, decidió implementar un enfoque diferente.
"Este año, en vez de evaluar simplemente quién gana y quién pierde, voy a fijarme en cómo cada uno de ustedes mejora y se esfuerza por aprender" - explicó el profesor, mientras los niños lo miraban con curiosidad.
Algunos niños estaban confundidos.
"Pero profesor, ¿entonces no habrá un campeón?" - preguntó Tomás, uno de los más competitivos del grupo.
"Claro que habrá un campeón, Tomás, pero también quiero que todos sepan que cada uno de ustedes puede ser un campeón a su manera. La evaluación que haremos será formativa, en lugar de simplemente calificar a quienes ganan o pierden. Vamos a ver cuánto mejoran y cómo se apoyan entre ustedes. ¡Eso es lo que realmente importa!" - contestó el profesor.
Lola y Pedro se emocionaron con esta idea. Durante las semanas siguientes, el profesor Carlos organizó una serie de actividades que promovían el trabajo en equipo y el aprendizaje, más allá de las competiciones.
Mientras practicaban para la carrera de relevos, Pedro, que luchaba un poco más que los demás, se sintió frustrado.
"No puedo correr tan rápido como ustedes, me siento muy mal" - se quejó.
"No te preocupes, Pedro. Lo importante es que estamos aquí para apoyarnos. ¡Vamos a hacerlo juntos!" - dijo Lola, tomando la mano de su amigo.
El día del torneo llegó, y aunque las competencias fueron reñidas, lo más notable fue la felicidad que los niños mostraron al animarse entre ellos. Cuando llegó la carrera de relevos, Pedro sentía nervios, pero su equipo gritaba al unísono:
"¡Vamos, Pedro! ¡Todo lo que has entrenado vale aquí!"
Pedro corrió lo más rápido que pudo, y aunque no logró un primer puesto, el aplauso que se llevó de sus amigos fue aún más valioso que un trofeo.
Al final del día, el profesor Carlos reunió a todos y les dijo:
"Hoy no solo celebramos a los campeones, sino también a quienes más aprendieron y ayudaron a otros a hacerlo. Por eso, cada uno recibirá un reconocimiento. ¡Ustedes son todos campeones en el trabajo en equipo!"
Los niños, llenos de alegría, se abrazaron y entendieron que, aunque no todos habían sido elegidos campeones, lo que realmente importaba era el esfuerzo, el compromiso y el apoyo mutuo.
Esa fue una lección inolvidable en el gran torneo de los deportes, donde la evaluación formativa demostró que cada esfuerzo cuenta y que aprender juntos es siempre la mayor victoria.
FIN.